El recambio de los representantes de la producción en el Directorio del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym), que se llevará a cabo este jueves, genera expectativas de cambio coincidentes con las que emanan de la instalación de un nuevo gobierno en el país.Es que las noticias provenientes del nivel macroeconómico, como la quita de retenciones a las exportaciones de productos agropecuarios y la remoción a partir de hoy del llamado "cepo" cambiario, que anunció el miércoles el ministro Prat Gay; repercuten positivamente en los sectores productivos, que reclaman desde hace años políticas que no pongan palos en la rueda del crecimiento y la expansión comercial. Aunque la yerba mate, según un reciente informe sobre la crisis de las economías regionales fue una de las contadas excepciones al generalizado panorama de caída de las exportaciones, igualmente se espera que las nuevas políticas más amigables con el sector empresario influyan positivamente y ayuden a resolver cuellos de botella que, en los últimos años, redujeron las posibilidades de crecimiento de la actividad, afectando la rentabilidad tanto como la distribución del ingreso al interior de la cadena. Atento a ello, los representantes de la producción buscarán en el renovado contexto conseguir un mejor precio para la materia prima, algo posible en la medida en que ya no habría una presión del orden nacional que impida modificar los valores en góndola, como se necesita para garantizar una mejor retribución de esfuerzos a todos los actores de la economía yerbatera. La distorsión de precios, no obstante, es sólo uno de los factores que impiden hoy a la cadena de la yerba mate desarrollar todas sus potencialidades. La proyección a los mercados externos, una promesa incumplida en el sector, y las políticas del propio Instituto, que no estuvieron a la altura de los desafíos implícitos en su creación, son dos aspectos clave a tomar en cuenta.
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