De cualquier modo, y aunque el nuevo mandatario haya compartido fórmula con su antecesor, hay un nuevo comienzo en la provincia que no puede concebirse en forma aislada del proceso que inicia, a nivel nacional, referenciado en la asunción de un nuevo gobierno de signo distinto al que estuvo al frente del país en el período 2003/2015. Los vientos de cambio, quiérase o no, repercuten en la provincia y colocan al gobierno del Frente Renovador ante una inédita perspectiva respecto del poder central, con el que coincidió en la última década en sus principales orientaciones políticas; pero también respecto a las demandas de la sociedad misionera. El gobernador Passalacqua inicia mandato y cuenta como es de rigor con un preámbulo de confianza a su favor, sin embargo, en los tiempos de vértigo actuales es incierto definir la duración de este período de transición; y por ello es conveniente que el Gobierno no pierda tiempo en reconocer los replanteos que exige, quiérase o no, el nuevo escenario. Desde el sector empresario se renovó en los últimos días el cuestionamiento a la fuerte presión fiscal, característica de la política tributaria provincial, que hoy colisiona objetivamente con el rumbo que marcan las recientes medidas nacionales; como la quita de retenciones a las exportaciones agropecuarias y la eliminación de trabas burocráticas sobre la oferta exportable de las economías regionales.El nuevo contexto es propicio para que la Provincia revea la distorsiva aplicación de Ingresos Brutos a las exportaciones, única en el país ya durante el ciclo político anterior, como también los excesos de tasas y contribuciones cruzadas que afectan a la actividad del comercio y los sectores productivos.
Discussion about this post