Pese a la derrota, para Agencia 226 haber llegado a la final, en realidad, fue una victoria. El equipo comandado por Nicolás y Federico Falcón alcanzó por primera vez esa etapa después de casi diez años en los que hubo de todo, desde los comienzos en la D y el ascenso de las cuatro categorías, hasta los dos torneos nacionales que disputó. Después de todo, nada fue coincidencia.Un equipo se basa en nombres y, entre ellos, destacados como Juan Pablo Rodríguez, Fernando Maidana o Gerardo González bien valen para graficar el esfuerzo de todos, tanto como Juan y Guillermo González, fundadores junto a los Falcón.Pero si de sacrificio se trata la cosa, es para destacar lo de Matías Fernández. El arquero -con pasado en Exa 250, Yacaré y Blanc, entre otros- fue clave y uno de los puntos más altos del Agencia finalista.?Pero hay más.El “1” dio la nota dentro y fuera de la cancha. Por un error en los horarios, la revancha que debía jugarse el pasado sábado a las 22 comenzó cerca de las 23. A Matías, que trabaja de noche como seguridad, se le complicó el reloj y frustrado debió abandonar el sueño de jugar su primera final. Ya en la ida no había podido estar por la misma situación.Fernández abandonó el Brown con la oportunidad única e irrepetible escurriéndosele por las manos. Pero dio la sorpresa y volvió para jugar. El gesto es gigante, más que nada porque ni Matías ni nadie en Agencia vive del futsal, pero “una pasión, es una pasión”, como popularizó años atrás una taquillera película nacional. Por eso las lágrimas sobre el final no fueron en vano. El corazón le ganó por goleada a la lógica, como debería ser siempre. Ni siquiera todo el dinero del mundo paga el precio de un sueño cumplido.
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