Los suplicios que están viviendo los primeros habitantes del barrio Itaembé Guazú eran impensados hace un mes, cuando recibieron las llaves de sus casas nuevas. Los vecinos nunca tuvieron agua dentro de las casas, pero desde hace cuatro días directamente no hay una sola gota en las casas de la parte alta del barrio. Por falta de presión no subían a los tanques, y ahora ni las cañerías más elevadas. Muchos llegaron al punto en que el “sueño perfecto” de la casa propia les empieza a parecer una pesadilla y el viernes a la noche, ante la preocupante situación, se autoconvocaron en una asamblea para definir acciones de reclamo, ante la falta de respuesta satisfactoria recibida desde la prestataria Samsa. “Los vecinos estamos desesperados porque ya no sabemos que hacer, todos tenemos niños pequeños y algunos hasta viven con familiares discapacitados y no tenemos agua, salvo el hilito de líquido que se consigue a ciertas horas del día en las canillas enfrente de las casas”, relató Mónica presa de la angustia.“Todos los vecinos ya realizaron varios reclamos a Samsa pero la empresa no da respuesta alguna solamente que ‘les parece raro porque a ellos no les indica que sea zona de corte’, y así seguimos ahora nos toca el fin de semana y ellos no trabajan, la solución, si es que la dan, no sabemos cuando va a llegar. Mientras tanto no tenemos para cocinar, bañarnos o limpiar y con niños y el calor es inhumano pasar cuatro días así”, enfatizó Noelia, otra de las tantas mujeres que se las arreglan a duras penas carreando agua donde sea que la puedan conseguir. “Desde Samsa jamás vinieron ni siquiera a ver como estábamos. Inclusive nos habían avisado en una ocasión que se iba a normalizar después de las 10 de la noche y los vecinos nos quedamos esperando hasta la madrugada, luego nos fuimos a acostar vencidos del sueño, calor y cansancio pero el agua no llegó, ya estamos así desde hace cuatro días y no soportamos más”, dijo Susana, otra de las indignadas vecinas que salió a denunciar públicamente la situación que atraviesan en el barrio, desde la mudanza. Todas aclararon, en párrafo aparte, que no reniegan de las casas que van a tener que pagar toda la vida, pero exigen que mejoren sus condiciones de vida: “Estamos muy felices de haber recibido nuestras casas después de tantos años de espera, pero también creemos justo hacer pública esta terrible situación que estamos viviendo desde que nos mudamos hace menos de un mes. Según distintas versiones recogidas por PRIMERA EDICIÓN, presente en el barrio para constatar tal situación, supuestamente desde la empresa len habían manifestado a algunas personas que “no se preocuparan” porque iban a bonificar el costo del mes y que no les iban a cobrar por el “servicio” (el agua que llega con baja presión desde las cañería) hasta febrero.Asimismo, las críticas no se hicieron esperar con respecto a la prestataria Samsa por el dinero que tuvieron que abonar para la colocación del medidor por encima de los 750 pesos para poder contar con servicio al momento de mudarse. Otros reclamos“Son muchos años que uno espera la vivienda y ahora que estamos acá algunos la pasamos mal, porque la calidad de las viviendas no es la misma para todos, incluso algunos las hemos recibido con las cerámicas de los pisos rotas. No previeron los espacios para colocar una heladera o placard estándar. Los baños tampoco tienen espacio ni para un bidet. Las ventanas no tenían persianas y los ventiluces sin canaleteo de desagüe, hizo que en estos días de lluvias nos ingrese agua en las casas”, fue la lista de algunos de los inconvenientes reportados.
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