El operativo de la Municipalidad capitalina incluyó también la clausura de una fiesta en una vivienda particular donde aparentemente cobraban entrada y se habrían vendido bebidas alcohólicas sin el permiso correspondiente ni el control de las edades de los participantes a la misma.En Misiones rige el Código de Nocturnidad, al que fueron adhiriendo los municipios, como el caso de Posadas. Y establece reglas claras para la actividad de la diversión nocturna. Lamentablemente, a pesar que indica un límite de clausuras antes de ordenar el cierre definitivo de un local en infracción, hubo experiencias de múltiples clausuras y aun esos boliches siguen con las puertas abiertas.Este jueves, funcionarios posadeños encabezados por el Secretario de Gobierno comunal, recibirán a los propietarios de boliches para hablar de la nocturnidad. Refrescando la memoria de los viejos conocidos de la noche posadeña que cada tanto parecen olvidar las normas a cumplir.Pero, hay que empezar trabajando por los hogares de esos menores que ingresan sin poder hacerlo a los locales bailables. Lo más probable es que los padres no sepan siquiera dónde estan sus hijos los fines de semana. Y menos aún el estado en que vuelven a sus casas tras la fiesta con alcohol. Luego, por el sacudón que significa, nos lamentamos por tragedias ocurridas producto del exceso de alcohol y la violencia que se cobran decenas de vidas al año.Los municipios no deben cesar en el estricto cumplimiento del Código de Nocturnidad. Y si la idea es flexibilizar las normas, pues que se propongan los proyectos respectivos. Mientras tanto, son obligatorias para todos.
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