“Sé feliz. Trabaja con gente que te agrade. Sé generoso. Obtén toda la educación que puedas”. Estos son los consejos de Gert, una mujer de 101 años.La anciana es una de las participantes en un proyecto de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, que reúne las reflexiones de más de 1.000 personas mayores de 65 años de diferente nivel educativo que responden a la pregunta: ¿Cuáles son las lecciones más importantes que has aprendido a lo largo de tu vida? Fabrica tu felicidad. “Si hay algo que queda claro, es que tienes que ser responsable de tu propia felicidad”, señala Karl Pillemer, el profesor de Cornell y gerontólogo a cargo del proyecto. De forma casi unánime, los entrevistados contemplan la felicidad como una decisión, y no el resultado de las circunstancias de la vida. Disfruta en tu trabajo. Ni una sola persona reconoce haber conseguido ser feliz trabajando duro para conseguir el dinero para comprar lo que quisiera. “Lo más importante es involucrarte en una profesión que amas, y que estés deseando ir a trabajar cada día”, señala un exatleta de 83 años que durante décadas trabajó como entrenador deportivo. Aunque te lleve tiempo encontrar el trabajo ideal, no debes rendirte. Y ten presente, recuerdan, que un ascenso en el trabajo puede ser lucrativa y halagadora, pero no vale la pena si te aparta de lo que realmente disfrutas haciendo. Pasa tiempo con tus hijos. Y viaja. Entre las experiencias más gratificantes cuando se echa la vista atrás están los viajes. Tanto que, en opinión de Pillemer, los viajes deberían tomar preferencia sobre otras cosas en que la gente joven se gasta el dinero. Por otra parte, el deseo de haber pasado más tiempo con los hijos, incluso a costa de sacrificar otras cosas, se encuentra entre los mayores remordimientos de los entrevistados. Matrimonios duraderos. ¿Cómo se las arregla la gente para mantenerse casada durante varias décadas? Un matrimonio satisfactorio y que dura toda la vida ocurre cuando la pareja comparte los mismos valores y objetivos. Lo que permite que se mantengan juntos es “una permanente amistad, la capacidad de comunicarse, disposición para dar y recibir y el compromiso”. Eso dicen los mayores. Morir en paz. Esto es lo que los entrevistados dicen al respecto: Acéptalo. No luches contra ello. No malgastes tu tiempo preocupándote.“Cuanto mayor eres, menos miedo tienes a morir”. Esta fue una de las lecciones que más impresionaron a Pillemer, que señala que, de acuerdo a una mayoría de ancianos, el pánico a no estar aquí, a desaparecer, es más un “juego de treintañeros” que otra cosa. Las preocupaciones de los ancianos son distintas: quieren dejarlo todo listo para sus herederos. Y usar el tiempo disponible en pro de una vida más rica e interesante. La mayoría de los entrevistados- indica el sitio ADN- incluso los que padecen enfermedades crónicas, reconoce que hacerse mayor superó con creces sus expectativas. Una mujer de 92 años que ya no puede hacer muchas de las cosas con las que disfrutaba, dice que ahora es más feliz de lo que ha sido en su vida. El truco es este: “las cosas que antes eran importantes para mí ya no lo son”, dice.No se trata de que los jóvenes se depriman con esta información, señala, sino de que sean más selectivos en la manera de invertir su tiempo. “Puedes tomar decisiones ahora que harán que tu vida sea mucho agradable si lo tienes en cuenta. Incluso cuando tienen más de nueve décadas a sus espaldas, los ancianos creen que la vida es demasiado corta como para desperdiciarla en pesimismo, aburrimiento y desilusión”.u000Au000Au000A
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