El verano es un tiempo propicio para descansar, cambiando un poco esa rutina agobiante que estamos acostumbrados a llevar durante el año de trabajo. Todo cambio si nace desde la profundidad de la reflexión nos traerá abundantes frutos y es bueno que este lapso de descanso dispongamos de momentos de intensa meditación, que nos ayudará a hacer florecer nuestra calidad de vida. El verdadero descanso es un arte que hemos de aprender, para poder liberarnos de las presiones que vivimos a diario por el trabajo y los compromisos. Saber disfrutar del tiempo libre es también superar esos hábitos estresantes e implica aprender a darnos tiempo para nosotros mismo. La gran mayoría de las personas identifican la idea del descanso, con un sinfín de actividades que exigen un ritmo intenso como los viajes, celebraciones, compromisos familiares etc., que muchas veces atentan contra el verdadero descanso. Sin embargo para poder aprovechar el tiempo es importante saber parar, descansar y disfrutar de los momentos sencillos y simples de la vida: levantarse sin el despertador, compartir las comidas en un clima de tranquilidad y en familia, aprovechar para hacer alguna actividad física, disponer de un tiempo para la oración y la meditación… En realidad el verdadero descanso se genera cuando detenemos la carrera agobiante de nuestro ritmo de trabajo, porque lo que importa, no es la cantidad de tiempo, sino la calidad del mismo. La época de vacaciones también es un momento propicio para detenernos y hacer una síntesis de vida: repasar todo lo vivido en los últimos tiempos y proyectar el año que nos espera con los nuevos retos y metas de la vida. Es bueno tomar conciencia de los logros y reconocer todo aquello que no hemos podido alcanzar. Desde la tranquilidad y la serenidad que nos brinda esta temporada de receso, seremos capaces de encarar nuevos planes y proyectos que marcarán nuestro futuro. Cada vez que iniciamos un nuevo año, es una oportunidad para empezar las cosas de manera distinta, con entusiasmo y el impulso que necesita cada actividad. A menudo los hermosos proyectos, planes e ilusiones fracasan cuando nos llenamos de negatividad y pesimismo. Una mirada abierta y positiva ante las novedades que la vida nos presenta, nos ayudará a enfrentar los desafíos cotidianos con alegría y fortaleza. Es bueno que nos propongamos vivir cada momento de la vida a pleno, con alegría y buen humor sean buenos o malos los acontecimientos que se nos presentan a diario. Así como hemos superado tantas adversidades de la vida, con la gracia de Dios, si enfrentamos las situaciones difíciles con firmeza, serenidad y esperanza seremos capaces de dar pasos importantes en la vida. Entre tantas cosas que podemos hacer en este tiempo de vacaciones, es bueno también priorizar la lectura de buenos libros, que siempre nos ayudarán a empezar el año con una alta motivación y con mejores conocimientos y aprendizajes. Vale la pena recordar lo que decía Santa Teresa de Jesús respecto a la buena lectura: “Lee y conducirás, no lees y serás conducido”. Que seamos conducidos pero…. desde la reflexión, para alcanzar todas aquellas cosas que Dios sueña con cada uno de nosotros y que podamos gozar de los pequeños momentos que la vida nos regala.
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