La historia circula desde hace un tiempo y es un fiel reflejo de lo que significa ser policía en algunas zonas de la provincia, vinculadas al narcotráfico y otros negocios ilícitos de frontera.Cuando un funcionario policial se enteró que iba a ser designado jefe de la Unidad Regional IX (Jardín América), pidió hablar con su superior inmediato y tras ingresar al despacho puso su credencial y su pistola sobre el escritorio. Acto seguido le comunicó a su jefe que antes que hacerse cargo de esa jurisdicción prefería renunciar a la fuerza. Dicen que lo asignaron a otra dependencia. PRIMERA EDICIÓN viajó a dicho municipio, ubicado a poco más de cien kilómetros de Posadas y se contactó con algunos efectivos que en forma diaria trabajan en una de las zonas actualmente consideradas de alta peligrosidad, por la presencia de una organización delictiva (cuyos presuntos cabecillas actualmente están siendo buscados). Se trata de un clan familiar que de acuerdo a las sospechas de los efectivos, opera en la zona desde hace años. Al principio, se cree que comenzaron a trabajar para uno de los “pioneros” del negocio del tráfico de cigarrillos. Luego decidieron hacerlo por su cuenta. Fue en buenos términos, porque no cualquiera “se abre” de esta actividad. “Como ocurre en el submundo del narcotráfico, un ‘soldado’ no puede de un día para otro poner su propia red de tráfico, no se dedica por su cuenta al negocio del patrón. Eso se paga caro. Pero los ahora prófugos y sospechosos, se habrían ganado la confianza de este ‘pionero’ y decidieron seguir adelante por sus propios medios. Tuvieron un crecimiento patrimonial importante, notorio y que difícilmente pueda justificarse ante organismos como la Afip. Se los ve circular desde automóviles y camionetas prácticamente cero kilómetros y también poseen una enorme cantidad de propiedades a lo largo y ancho de Jardín América. No las ponen a su nombre, las alquilan a bajo costo y en muchas ocasiones se detectó que los supuestos residentes no existen. Esto tiene un porqué, es que esos departamentos o pequeñas casas sirven de depósitos de cajas de cigarrillos. Son lugares de acopio. A la hora de hacer un allanamiento, los acusados simplemente dicen que esas mercaderías no les pertenecen, que son de los inquilinos”, confió a este Diario un efectivo cuya identidad se mantiene en reserva, debido a las amenazas de muerte que recibieron varios integrantes de la fuerza en esa jurisdicción por parte de una organización mafiosa. “Es muy difícil que alguien los delate o no los encubra, mucha gente y sobre todo jóvenes trabajan para esa banda. Antes les pagaban con teléfonos celulares de alta gama. Ahora les dan marihuana porque muchos de estos muchachos son adictos”, agregó el uniformado.Demanda por moda narco en Paraguay Hace unos meses se registraron numerosas denuncias en la comisaría de Jardín América por la sustracción de varios cuatriciclos. En base a lo que investigaron los uniformados, se estableció que estos rodados tenían el mismo destino que los otros vehículos robados: Paraguay. “En dicho país se había puesto de moda entre los narcos recorrer las plantaciones de marihuana a bordo de cuatriciclos, ya que tienen prácticamente la misma conformación que los yerbales. Por eso era que había tanta ‘demanda’”, explicó un efectivo. No obstante las más codiciadas entre delincuentes, a la hora de canjear motos robadas, son las brasileras de alta gama y gran cilindrada. “Son canjeadas en el vecino país por droga o cigarrillos. Algunas fueron incautadas y se encuentran en la comisaría de Jardín América. “Por lo general estos rodados son sustraídos en Brasil y luego de llegar a suelo misionero son trasladados hasta Paraguay. Las cruzan en precarias balsas o embarcaciones a la zona de enfrente, al departamento de Itapúa”, agregó la misma fuente.
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