Desde que se conocieron los primeros casos de dengue, resulta imposible no pensar en que un familiar, un amigo o un compañero de trabajo puede contraer la enfermedad, en una provincia con un clima cada vez más tropical, con lluvias y calores intensos que sirven de escenario para la reproducción constante del mosquito transmisor de la enfermedad. Pero, especialmente, en ciudades donde proliferan los focos de posible contagio (basurales, predios con pastos altos, maceteros que juntan agua, chatarras en las calles, terrenos baldíos sin mantenimiento, etc).Ahora, que tenemos una epidemia de dengue, vemos como esos familiares, amigos y compañeros de tareas se ausentaron durante varios días por tener el diagnóstico positivo. Productos de un Estado y particulares que no estuvieron a la altura de las circunstancias, que no tomaron medidas preventivas y que -al parecer- pusieron más énfasis en la campaña por el poder que en la salud del millón de misioneros.Hoy, cuando apareció la postergada emergencia sanitaria en la provincia, se espera la Nacional. Porque precisamente fue el gabinete del ministro Jorge Lemus la que declaró que estamos enfrentando una epidemia por la multiplicidad de casos que se dan en distintas provincias, encabezando los contagios Misiones y Formosa, con cifras relativas, ya que no se contabilizan de uno a uno los positivos.Mientras tanto, repelente en abundancia (en las góndolas es cada vez menos presente y su valor cada vez más alto), las medidas de prevención y combate del dengue se realizan de manera aislada, ajustadas a la feria administrativa del Estado. Como si no hubiera emergencia.Superado el Estado por la situación, ¿por qué no se convoca a un comité de crisis, con ONG, los tres poderes gubernamentales, organismos públicos y privados, medios, etc. para generar acciones conjuntas? Hoy nuestros diputados nacionales parecen más preocupados por Milagro Sala que por los contagiados de dengue en Misiones.Es hora de un trabajo conjunto. De acciones contundentes entre todos. Pero el que ejerce el poder, el Gobierno, debe ser el convocante de brigadas que salgan a trabajar duro contra el dengue. Porque nuestro verano es largo y la inacción solo generará más enfermos. Esperemos que no haya más muertos.
Discussion about this post