La situación de las economías regionales sigue siendo materia pendiente en el país, ya que las modificaciones a la ecuación cambiaria y la flexibilización de las medidas vinculadas al comercio exterior no resuelven, ni mucho menos, los problemas de los sectores productivos más postergados ni las dificultades que enfrenta el comercio para reorientarse en un contexto económico declinante.En Posadas, por ejemplo, existe preocupación por el cierre de comercios, fenómeno que se debería a una reaparición de las asimetrías con la vecina ciudad de Encarnación, según se explicó; aunque probablemente un abordaje multidimensional revelaría que hay más de un factor de desaliento, pese a los cambios positivos en la macroeconomía. Los reclamos específicos de las Pymes fueron expuestos recientemente al ministro de Interior, Rogelio Frigerio, por Osvaldo Cornide, presidente de la Came (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), tras la firma de un convenio para la promoción de Centros Comerciales a Cielo Abierto en todo el país. Más allá de esta iniciativa, la Came pidió mejoras en cuestiones como la realización de obras de infraestructura pendientes y de nuevas obras en la red vial, además de proponer la recuperación del sistema de transporte fluvial y un reordenamiento fiscal, entre otras numerosas medidas que traerían alivio a las comprometidas economías regionales. En este marco, quizás el nudo gordiano de los reclamos se encuentre en la propuesta de trabajar en conjunto con provincias y municipios en un reordenamiento fiscal “para evitar duplicaciones y superposiciones de tasas y tributos en las cadenas productivas, que desincentivan la inversión y asfixian a las Pyme”. Pensando en la realidad de productores y comerciantes misioneros, no hay dudas de que poner freno, mediante el diálogo y el consenso, a los excesos en materia fiscal es una prioridad. La autonomía tributaria no puede invocarse para legitimar políticas recaudatorias desmedidas.
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