Un exintegrante del Servicio Penitenciario Federal fue salvajemente golpeado y enviado al hospital, por tres hombres encapuchados, que escaparon con 28 mil pesos y armas, pero que cumplieron con su verdadera intención: lastimarlo, porque lo conocían como su “carcelero”.El ataque y robo, en el que también resultó víctima la pareja del retirado del SPF, se produjo a las 20:30 del martes en una vivienda del barrio 2 de Febrero de Candelaria, donde irrumpieron, presuntamente a pie, los tres maleantes con los rostros enmascarados.Sin mediar advertencias y pedidos de dinero, ejecutaron su macabro plan: “Vos eras el hijo de p… de la cárcel, ves, todo se paga y ya no tenés el poder”, dijo el cabecilla de la banda y desataron la tunda de golpes de puño y patadas, con una ferocidad que alcanzó a la concubina, la que sufrió varias trompadas.Reducidos los dos, requisaron la vivienda hasta encontrar 28 mil pesos en efectivo, dos armas de puño y una larga, y darse a la fuga sin rumbo preciso.Miguel P. tiene 76 años y su pareja 59. Cumplió su servicio en la Unidad Penal XVII del SPF en Candelaria, y los investigadores intentan establecer quiénes fueron los autores del ataque.Para ello, personal de la Unidad Regional X, especialmente del Comando Radioeléctrico y de las comisarias de Candelaria y Garupá, mantienen desplegado un amplio operativo detrás de posibles sospechosos.La principal hipótesis es que al menos uno de los violentos es un expresidario.En cuanto a la víctima, se recupera de las lesiones y aún no prestó declaración ante el juez de Instrucción de turno, Ricardo Balor, quien aguarda las actuaciones sumariales de la Policía, las que siguen desplegándose, entre ellas, el análisis de las supuestas huellas dactilares halladas en la escena del ataque.El plazo para que la información sea acercada al juez es de quince días, pero regulado por las actuaciones que se le soliciten al magistrado para esclarecer el hecho.Golpes y amenazasLa violencia con la que ejecutaron el crimen, fue remarcada por la propia víctima, a quien le provocaron severas heridas que necesitaron ser atendidas en un hospital.Golpes y gritos que tronaban a muerte remarcaron el calvario que padeció la pareja, antes de exigirles todo el dinero que guardaban en el inmueble.
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