Para exigir la inmediata terminación de las viviendas que necesitan habitar, los vecinos del barrio 50 viviendas “Néstor Kirchner” cortaron el jueves el ingreso a ese sector del paraje San Isidro. Durante la protesta manifestaron su preocupación porque las obras quedaron sin efecto poco antes de las fiestas de fin de año y se comenzaron a reactivar después del 10 de enero, pero de manera irregular y con una escasa cantidad de obreros.El vecino Marcelo Ávila dijo que la empresa Forestal Guaraní es la encargada de la construcción de más de 300 viviendas pero que la obra está parada.“No se están ocupando de las terminaciones porque dicen que la firma no tiene personal para trabajar. Ellos tienen un grupo pequeño de obreros pero los llevan de un lado al otro y no los dejan concluir la obra. Abandonan un lado, van a otro, no avanzan, no terminan. Es un desastre”.Añadió que antes de las fiestas de fin de año “desaparecieron” y retomaron alrededor del 10 de enero pero “hablamos con los empleados y dicen que no pueden continuar porque les faltan materiales, y esa empresa trabaja para el Iprodha”.Los manifestantes confiaron que viven detrás de las construcciones, “en unas casitas precarias. Nosotros ocupamos un espacio y ellos están construyendo adelante. Levantaron un poco y pararon. Por eso queremos que venga alguien de la empresa y nos cuenten cuál es la situación, porqué no están siguiendo y si no tienen gente, porque no la consiguen”, agregó.Sugirieron que si la firma “no está en condiciones de seguir, de terminar, que nos den las casitas así como están y nosotros las vamos a terminar. Acá tenemos gente capacitada para levantarlas. Sabe como se hace todo el montaje. Pero necesitamos que venga alguien y que hable con nosotros. Nuestras casas son un desastre, se están cayendo. Son de bolsas, costeros y cartón. Cada uno tiene cuatro, cinco, seis, siete hijos. Somos unas 350 familias las que esperamos una nueva casa”.Según Ávila, la obra comenzó hace unos nueve meses. Y consideró que “es muchísimo tiempo para terminar una casa que, si hay materiales, se termina en tres días. Es chiquita, de cuatro por cuatro. Nosotros necesitamos mudarnos urgente”. Contó que alguno de sus vecinos tienen trabajo como changarines y que otros se rebuscan, “inclusive dentro del basural. Yo hago changas, que escasean por estos días. Enero está muerto. Tenés que remar y aguantar con lo que podés”. Afortunadamente tienen agua, aunque de vez en cuando, gracias a los vecinos del sector de arriba “que nos tiraron unas mangueras”.
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