Según anticipó el ministro de Salud de la Nación, Jorge Lemus, por decisión de los mandatarios que participaron de la cumbre de la Celac en Quito (Ecuador), el miércoles próximo se reunirán en Montevideo los ministros de Salud de la región para analizar la situación epidemiológica.Es que, además del brote de dengue, ahora la atención se concentra en la irrupción del virus del zika, cuya expansión en las últimas semanas hizo que se convirtiera en el tema central de la 138ª reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que tuvo lugar esta semana en Ginebra, (Suiza).Según explicó la directora general de la OMS, Margaret Chan, la expansión de la enfermedad dejó de ser una amenaza leve y alcanza hoy “proporciones alarmantes”. Con el virus detectado en 23 países, la OMS promete aprender de la experiencia del ébola y no demorar las acciones sanitarias a la espera de un diagnóstico científico concluyente. En este caso, hace menos de dos semanas, el organismo advertía que todavía estaba pendiente la confirmación científica de la relación causal entre el zika y la enfermedad denominada microcefalia (achicamiento de la cabeza y el cerebro) que afecta a los bebés. Brasil ya reportó este año 3.893 “casos sospechosos” de microcefalia, término que se presenta hoy casi como un eufemismo, designando la cautela de las autoridades sanitarias ante un peligro (los brotes epidémicos de las enfermedades emergentes) frente al cual fracasan, o muestran una escasa efectividad, las estrategias sanitarias. Al parecer, el propio conocimiento científico disponible a niveles de gobierno estaría siendo sobrepasado en los hechos. Así lo dio a entender el ministro Lemus, al reconocer a un medio nacional que Argentina no contaba con actualización de datos epidemiológicos ni tenía noción de las repercusiones neurológicas que podía acarrear el zika. Desconocimiento que -dijo- hace a la enfermedad “mucho más peligrosa de lo que se pensaba”.
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