Calurosa noche del carnaval que enciende su magia, ritual sagrado en donde las almas danzan al compás de los tambores, la alegría fluye en el contorno de la pista, bailarinas audaces con tacones de punta desplegando sobre la pista de un sambódromo, que permanecerá encendido mientras dure el carnaval.Los duendes de la noche toman posesión de las almas de esas personas que se quedan hipnotizadas al paso de las murgas, que derrochan alegría con su cantar.De pronto, una mirada oculta detrás de un máscara enciende el deseo cargado de misterio y sensualidad, un rostro divino que bajó esa noche para que los hombres sólo la veamos bailar y bailar.Una sonrisa cómplice que enamora y los deseos profundos de sacarle el antifaz, como quien devela un secreto profundo, como un antiguo adagio que sólo ocurre en carnaval. Sobre los balcones bajan los suspiros como queriendo esa noche, a esa misteriosa mujer acompañar, después quizás besarle la boca y con ella toda la noche bailar y bailar.Pero ella sólo se ríe, baila y enamora, es una figura inquieta que desvela el alma enamorada y solitaria de cualquier hombre que buscó en la noche su refugio, pero el carnaval es diferente, quizás porque duendes traviesos transforman por un momento la vida en un eterno baile que quizás dure sólo tres noches.Con su cara de muñeca y su cuerpo empapado de sudor y brillo que danzan sobre el suelo en una danza que enamora en ese baile cósmico, que llena la noche de alegría junto a las estrellas.Una máscara que cómplice mira al pasar con encanto que nos hace reír sin poder disimular, porque en esa noche la vida se vuelve fiesta y mi alma corre tras ella como queriéndola abrazar. El movimiento de sus caderas nos dice que no estemos tristes y que esa noche de festejos podemos esos bailes disfrutar.Entre las plumas y las luces, ellas son ángeles que rondan la pista y que encienden dentro del corazón de esos hombres una llama de amor que consumen sus miedos por un momento y se largan en las tribunas como indomables almas, que sólo desean esa noche disfrutar y bailar junto al espíritu festivo del carnaval. Sus labios pintados y su alegre sonrisa que se clavan en el pecho de ese hombre que a la distancia y en silencio la adora más y más.Una mirada que se oculta detrás de un antifaz y se incrusta en la mente de aquel que sólo baila, ríen y que por momentos se enamora. El mundo por un momento desaparece mientras los payasos con sus eternas sonrisas despiertan a esas almas conquistadas por esa hermosa mujer que se oculta detrás de la noche y el misterio que despierta el carnaval.Misteriosa mujer de apariencia alegre, que desaparecerá después de esa noche desvaneciéndose su recuerdo como la espuma de un lanzanieve. Pero las almas sensibles que pisaron esa fiesta nunca olvidarán tu imborrable sonrisa y tu derroche de encanto. Ninfa que lleva todas las miradas y algunos corazones hacia un mundo donde todo es felicidad, nunca sabré tu nombre, pero tu recuerdo siempre despertará en carnaval.Cuando el brillo de las lentejuelas se apaguen y callen el resonar de los tambores, la misteriosa mujer del antifaz pasará corriendo y con su risa pícara y alegre me recordará que toda soledad muere en una sola noche de carnaval. Por Raúl [email protected]
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