Para sorpresa de muchos, en la madrugada del viernes 3 de febrero de 1989, el general Andrés Rodríguez derrocó mediante un golpe de Estado al dictador Alfredo Stroessner, que había gobernado Paraguay por 35 años, desde el 15 de agosto de 1954. Rodríguez asumió el gobierno provisorio, obteniendo el inmediato respaldo de la Iglesia católica, sectores populares opositores al régimen de Stroessner y del gobierno de Estados Unidos, el cual anteriormente había apoyado al régimen stroessnista por considerarlo su aliado por su talante anticomunista. Convocó al gobierno a los miembros del sector "tradicionalista" del Partido Colorado, que acababan de ser radiados del mismo en una fraudulenta asamblea, y representantes de partidos de oposición. Rodríguez abolió la pena de muerte, retiró la ley marcial que regía desde hacia más de 30 años ininterrumpidamente, legalizó los partidos de oposición y encarceló a Stroessner (y algunos miembros de su gobierno), aunque poco días después el director fue enviado a un "exilio dorado" en Brasilia, la capital de Brasil, hasta su muerte el 16 de agosto de 2006.
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