La modificación, que comenzará a regir con el pago de los sueldos de febrero y con retroactividad al 1º de enero, se sancionó por decreto y no avanza sobre las alícuotas del impuesto, que van del 9 al 35%; respecto a las cuales el Gobierno anunció que enviará un proyecto de reforma al Congreso, cumpliendo con la ley que exige aval parlamentario.En el mismo acto, se anunció la ampliación del régimen de asignaciones familiares, medida que incluirá a más de un millón de chicos en ese beneficio, y que se complementaría con una eventual mejora de la Asignación Universal por Hijo.Por el momento, no es posible evaluar en todas sus implicancias el impacto de la modificación del piso del impuesto sobre la situación económica del conjunto de los trabajadores asalariados, a quienes se refiere la 4ª categoría del gravamen que también alcanza a las empresas, debido a que la mayoría cobra sueldos por debajo del mínimo, y a la presión del contexto inflacionario. Sí se puede señalar el gesto político que traduce la intención, por una parte, de cumplir con una promesa de campaña. Sin dudas una buena señal en un gobierno que todavía está en proceso de instalación y de articulación de su propuesta a la ciudadanía y debe construir, por lo tanto, una relación de confianza en base a la coherencia entre el discurso y los hechos. No es menor, además, la intención de acercar posiciones con el sindicalismo que desde 2013 venía reclamando sin resultados una elevación del mínimo. El gesto, en este sentido, expresa una voluntad de diálogo genuino que es más necesaria que nunca en atención a la situación del país y al inicio de unas negociaciones paritarias llamadas a jugar un rol importante a futuro.
Discussion about this post