Una vía algo empinada, cuesta arriba (camino de la Rua Padre Lourenço Rodrigues de Andrade) esconde las coloridas casas y jardines que se develan ni bien comienza el descenso por la callecita.Basta caminar unos pasos y ahí está: el encanto del pueblo parece sacado de un libro, o de una película. Es chico, eso sí. Muy diminuto. Pero en sus tres o cuatro cuadras conjuga una especie de calidez hogareña y un aroma a tranquilidad permanente muy atrapantes. Casi hipnótico, según mi propia experiencia.Como indica su historia, este lugar fue oficialmente reconocido como Santo Antonio de Lisboa en el año 1948, si bien el nombre ya venía siendo utilizado desde mediados del siglo XIX. Anteriormente, el lugar era llamado Nossa Senhora das Necessidades. En base, seguramente, a la pintoresca capilla que se eleva en la plaza matriz, construida alrededor del año 1750. Su estilo barroco obliga a la contemplación, y paulatinamente se ven turistas entremezclados con lugareños dentro del salón como parte de un único y simpático ritual.En la Rua Cónego Serpa puede visitarse la casa de artesanías y recuerdos Casa Açoriana, con presentes fabricados por su dueña, o con distintos objetos que sin duda llamaran tu atención por lo coloridos e interesantes. Sugerencia: tomarse una cerveza bien helada en el Bar e Restaurante Açores, pegadito a la casa de artesanías; aquí se respira la esencia de las épocas coloniales santa catarinenses, ya que la construcción permanece intacta desde el año 1755. De noche pueden disfrutarse de bandas musicales en vivo, suceso que le otorga aún más atractivo. El camino por la costa no tiene desperdicio. Comenzando en la Praça Getulio Vargas, la vista que ofrece el caminito abarca una imponente vista de la ciudad de Florianópolis (emplazada en el continente) y una bahía extensa con aguas calmas y azuladas, donde pueden verse hermosos barquitos reposando en lo manso de la ensenada o navegando en el tranquilo cauce.En la Praça Roldão da Roche Pires se puede disfrutar de una feria de artesanos. Los domingos es más recomendable aún, ya que se reúnen varios comerciantes de distintos municipios y se celebra una feria regional. El paseo nos presenta también una ruta gastronómica para nada desdeñable (bautizada como Rota Gastronómica del Sol Poente), siendo el restaurante Villa do Porto uno de los más caros, pero con sabrosos menús que van desde canastas con frutos de mar hasta tartas vegetarianas. Para los que gustan de platos más abundantes y económicos, el Ponto G: Brasa & Fogão ofrece parrilladas y todo tipo de carnes con exquisitas ensaladas de acompañamiento por precios bastante accesibles. La ruta (gastronómica, claro) concluye en la Toca De Jureré, un modesto restó bar con tradicionales propuestas dentro de su menú (pizzas, hamburguesas, etc.). Todos estos sitios mantienen algo en común: la atractiva vista de la bahía de Santo Antonio. Así que si buscás un restaurante con mucha variedad y calidad, o algo más modesto y económico, siempre podés disfrutar de ese paisaje no importa cuál sea tu elección. El camino por esta vía se extiende hasta el poblado de Sambaquí (también muy lindo y con distintas opciones de esparcimiento).Hay algunos sectores de la bahía en donde pueden abordarse lanchas colectivas que llevan a un paseo por barrios ubicados en la costa oeste de Florianópolis, como Cacupé y João Paulo. No pierdas la oportunidad de tomar una copa de vino o una taza de café en el restó Vinho & Arte. Disfrutá de este parque verde y fresco convertido en un soberbio patio de bebidas ya sea durante el mediodía o a media tarde (algo que yo aconsejo). Donde quedarse y cómo llegarEn automóvilUna vez cruzado el puente Pedro Ivo Campos que comunica la isla de Florianópolis con el resto del continente, tomar la salida hacia la Avenida Osvaldo Rodrigues Cabral. Hay que “bordear” la isla (desde aquí la vista es muy llamativa) hasta empalmar con la ruta municipal SC-401. Desde aquí tomar la ruta en sentido norte hacia Santo Antonio de Lisboa. No son más de 15 kilómetros los que deben recorrerse desde este empalme. De todas formas no desesperes: Florianópolis es conocida por sus correctas señalizaciones de tránsito, por lo que es fácil guiarse hasta los distintos puntos turísticos de la isla.En ómnibusDesde la Terminal Rodoviario Rita Maria salen colectivos que conectan las distintas ciudades de la isla entre sí. Cada uno de estos ómnibus hace paradas en las terminales de transferencia de cada uno de estos destinos (Canasvieiras, Jureré, etc). El pasaje solo se paga una vez; si hay que cambiar de colectivo en las terminales de transferencia, el boleto no se vuelve a cobrar. Si tomás un ómnibus en dirección a Santo Antonio de Lisboa, no olvides descender en la Terminal Integrado Santo Antonio de Lisboa. Saliendo de la terminal de integración, basta caminar un par de cuadras para encontrarse con la Rua Padre Lourenço Rodrigues de Andrade. En la esquina hay un posto de Petrobras, para mayor referencia.Para alojarseAl igual que con la gastronomía, tenés varias opciones. La Pousada Quinta de Bela Vista es muy linda y desde sus balcones puede verse la inmensa bahía y el casco histórico del pueblo. Está ubicada a cuatro cuadras de la iglesia Nossa Senhora das Necessidades. En la posada se celebran distintos eventos tales como casamientos, cumpleaños y algún que otro evento corporativo. El precio varía dependiendo de la temporada, como en toda zona turística; aunque es un lugar un poco caro para alojarse si lo que querés es ahorrarte unos pesos (o reales).La Pousada Mar de Dentro está enmarcada en un ambiente natural imprescindible para el descanso y el relax, situándose a unos 4 kilómetros al sur de Santo Antonio. Esta opción no es muy viable si no tenés un auto a mano, ya que está algo alejada de comercios y zonas de esparcimiento. De todas formas, es un sitio muy aconsejable: El lugar tiene piscina, una vista envidiable y una pequeña playa donde descansar. La tarifa diaria de una habitación doble básica ronda los 800 pesos aproximadamente.Hay muchas otras opciones de alojamiento en la cercana ciudad de Florianópolis, que no deja de ser una buena opción ya que el pueblo de Santo Antonio puede visitarse en un día y ser recorrido en su totalidad.COLABORA: Alejandro Alles
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