Una cascada que baja por las escalinatas que unen la calle General Frías con la avenida costanera posadeña es la intervención artística urbana que se encuentra realizando el artista plástico Bernardo Neumann. Una muestra de talento, compromiso social y desafíos que el artista toma como disparador para continuar creciendo.Sin fronteras y límites se refleja el arte de Neumann que juega con la inclemencia climática y se entrelaza con la misma naturaleza que pinta paisajes increíbles en la ciudad. Impulsor del arte urbano, donde murales recorren y entran en la sociedad formando parte de lo cotidiano, desbordando colores en una paleta que imprime sentimientos y emociones.Un artista que muestra una mirada auténtica sobre el arte, que se emociona y compenetra, que se apasiona en cada pincelada. En esta gran producción cuenta con el pedido y apoyo de la Secretaría de Cultura y Turismo de la Municipalidad. El trabajo que recorre la escalinata tiene su técnica y mecanismo de trabajo, del que Bernardo Neumann contó a PRIMERA EDICIÓN que pretende terminarlo para Semana Santa, contando con la ayuda especial de su hermano Manuel. “Las escalinatas era un lugar que estaba bastante a la sombra, con muchos hongos. Por la noche la luz no era la indicada, entonces se convirtió en un espacio desperdiciado. Tampoco estaba en condiciones higiénicas, entonces es como toman la decisión de armar algo atractivo y que vuelva a ser un centro atractivo dentro de la imponente costanera”, explicó el artista que se encuentra trabajando en la parte frontal de la escalera, que son 18 centímetros aproximadamente que se debe convertir en algo agradable para la vista.“Este proyecto que pone en valor este espacio, es una iniciativa que me motivó para trabajar. A su vez se vuelve privilegiada porque está en la zona de restaurantes y se convierte en uno de los accesos principales a la costanera”, expresó mientras que tomó de trabajos observados en otros países la técnica y sobre todo el modo de llevar adelante su arte. A la técnica que usa para la pintura la denomina “la trampa para el ojo”, porque da la sensación que se está mirando un mural sobre una pared vertical, pero la realidad es que son escalones pintados sólo en la parte frontal que le dan imágenes continuas. “A través de la unidad de todos los tramos de la escalera puedo dar una ilusión óptica que está pintado sobre una pared, que sobresale, que es la trampa para el ojo”, contó.Sobre la técnicaUn trampantojo (o “trampa ante el ojo”, también llamado trompe l’oeil , expresión francesa que significa «engañar al ojo») es una técnica pictórica que intenta engañar a la vista jugando con la perspectiva y otros efectos ópticos. Los trampantojos suelen ser pinturas murales realistas creadas deliberadamente para ofrecer una perspectiva falsa. Pueden ser interiores (representando muebles, ventanas, puertas o escenas más complejas) o exteriores, en muros de edificios.También pueden encontrarse trampantojos pintados en mesas (aparentando naipes dispuestos para una partida, por ejemplo) u otros muebles.Los trampantojos pueden ser utilizados además para crear sensaciones espaciales. Algunos de los recursos más comunes en interiores son las falsas bóvedas, balconadas, o cielos pintados en techos; jardines o balcones al exterior para las paredes, falsas ventanas y puertas que dan a habitaciones imaginarias.Tiempo de trabajoBernardo Neumann a su vez contó que trabajar con esa técnica le brinda una perspectiva que se vuelve infinita, “al estar pintado en una parte superior da la perspectiva a la vista que capta que la cascada baja del cielo, es la figura vista desde abajo”, indicó al destacar que va por un 5 a 7% de avance sobre la obra. En las primeras imágenes tomada se puede observar que el objetivo está siendo cumplido y las expectativas del artista se manifiestan en esa técnica tan particular y primera experiencia para Neumann que se muestra comprometido con su trabajo. “Va tomando muchísimo color, muchísimo más de lo que pensé, porque no sólo se pone en juego lo que puedo ofrecer con el arte, sino también mi estado físico. Ya que por día subo y bajo esas escaleras unas treinta veces más o menos. Y también es importante el uso de la memoria, porque es importante recordar para retomar la pintura. Desde la barandilla de la escalinata me planto allí y observo la dirección en la que va la cascada, para tomar el conjunto y llevarlo a mi memoria para retomar y que no quede diferente desde abajo, porque voy a tener que trasladar eso, sobre una superficie de centímetros. Engarzar todo para que se vea un conjunto, para que se vea una imagen frontal”, a lo que sintetiza diciendo que se vuelve un desafío muy interesante.“Nunca había hecho algo así, entonces es un desafío muy grande”, remarcó.Sobre la protección de la obra de arteSe vuelve interesante el arte desde la mirada del artista, pero a su vez existe la necesidad de implementar la protección absoluta, para que no se dañe con el paso del tiempo y las condiciones climáticas. Por lo que Neumann destacó que se están usando los mejores materiales que existen en el mercado, el caminar no afectará el trabajo, lo que puede convertirse en un peligro de deterioro es la perforación de la superficie, ya que por ese conducto puede ingresar la humedad.“Antes de comenzar a pintar realicé todo un trabajo de fondo, con una limpieza de los hongos, tratamiento antifúngico, después se le hizo un fondo y nuevamente una mano de impermeabilizante. Destacando que estoy trabajando con los mejores materiales que hay en la plaza. Una vez terminado el trabajo llevará tres manos de otro impermeabilizante, que ese si protege contra los Rayos UV, que es lo que podría llegar a dañar”, detalló.A su vez indicó que hay que estar completamente convencido una vez que se termine el trabajo que es lo imaginado, ya que el tratamiento del impermeabilizante bloquea completamente el arreglo de la pintura o retoques. Dijo que una vez terminado sería interesante que sea iluminado para realizar la obra de arte, “si bien es un tema que no lo charlamos aún, sería muy bueno que el atractivo sea en su conjunto algo realmente digno de visitar y recorrer. Importante será que la gente tome sus propias impresiones y exprese lo que sienta recorriendo las escalinatas. Por eso mismo la obra quedará a disposición de quienes la visiten, con sus impresiones y comentarios”, destacó Neumann.“La idea que se tiene desde la Secretaría de Cultura y Turismo es que se convierta en un atractivo más de la ciudad, brindar otro atractivo más en la costanera que por sí sola ya es llamativa. Aprovechar y poner en valor esa superficie es un aporte importante para la ciudad. Como así también, considero que hay muchos otros espacios que se pueden poner en valor y embellecer, que pueden contribuir”, enfatizó.Aclaró que el arte muralista en Posadas está muy poco difundido, “porque si vamos a otra ciudad veremos que el mural o una estructura combinada es poco común y acá nosotros no estamos acostumbrados a esto. Por qué
; no sé, porque los costos no son elevados y realzan los espacios”. La superficie que comprende la escalinata comenzó a cobrar vida y una vez culminada promete atravesar el alma de quien la observe. ApasionadoBernardo Neumann recibe la colaboración de su hermano Manuel, que es profesor de Dibujo Técnico y quien “me podrá dar una mano en lo que tenga que ver con la perspectiva. Voy a necesitar esa mirada global, esa mirada desde la parte técnica. Además es un apasionado del arte, y quien me acompañó en otras oportunidades, como el mural que realicé frente a El Brete”.Trabajar entre hermanos le brinda muchas más confianza y lo fortalece, ya que Bernardo es una persona apegada a su familia y firme en la convicción que es necesario compartir con los seres queridos cada cosa que se haga. Pincel en mano, colores de la selva misionera, creativas y arte, forman parte de sus días de trabajo, bajo el sol y con mucha actitud.
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