El caso de Pirá Cuá se trata de una experiencia de “valor agregado” en el marco del Programa Nacional de Tecnología e Innovación Social, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y que fue reconocida por el Gobierno Nacional la última semana.La Cooperativa Agropecuaria Pirá Cuá está formada por productores de pacú que poseen alrededor de 20 hectáreas de estanques en la localidad de Bella Vista, en Corrientes.Producen Pacú desde 2010 y cuentan con una pequeña planta de eviscerado, desespinado y congelado. Pero en los cultivos piscícolas, entre el 30 y el 40% de los ejemplares que se obtienen no llegan a obtener el tamaño mínimo para ser desespinado y dar un producto de costo razonable y buena aceptación.De esta manera, surgió la necesidad de encontrar una vía alternativa para el aprovechamiento y agregado de valor de los ejemplares de menos de 800 gramos.Para resolver esta problemática, la cooperativa suscribió en 2014 a la convocatoria del Ministerio de Ciencia para la presentación de propuestas para la ejecución de Proyectos de Tecnologías para la Inclusión Social.En el proyecto se puso en marcha una línea de producción para agregar valor a este tipo de ejemplares, utilizándolos como materia prima para fabricar alimentos secos expandidos tipo “snacks”.El proyecto cuenta con la participación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) sede Mar del Plata y la colaboración del Instituto de Ictiología del Nordeste (Inicne) de la Unne.En el proyecto de producción de snacks en la cooperativa Pirá Cuá, se utiliza la carne de pacú como materia prima para fabricar alimentos secos expandidos tipo “snacks”.Se trata de hojuelas u otros formatos elaborados con una pasta de harinas de arroz y de trigo y desmenuzado de pacú que se secan y envasan.Los recortes de pescado son previamente salados para lograr su conservación, lo que permite que la cooperativa pueda seguir trabajando durante el invierno, cuando la producción quedaba detenida por falta de materia prima fresca. Las hojuelas se expanden por fritura rápida a alta temperatura o cocción en microondas, dando como resultado una porción crocante que se puede consumir al igual que las papas fritas, según informes del Mincyt.La propuesta para agregado de valor abarcó el diseño y construcción de un secador con lazo de control de temperatura y calefacción; se adquirió una amasadora, un termómetro electrónico y un termohigrómetro registrador; se acondicionó una picadora de carne; se capacitó al personal; y se realizaron pruebas de producción en el establecimiento.Se estima que la puesta en funcionamiento tendrá una capacidad de producción estimada de 40 kilos de hojuelas por día, equivalente a 800 porciones de 50 gramos por día.Fuente: Prensa Unne
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