Señora Directora: El Congreso de la Nación se apresta a debatir un proyecto de ley exigido por el Poder Ejecutivo que obstruyen el pago ominoso de la deuda externa de los 70, 80 y 90 que se debe a los ahora llamado holdouts (antes y más acertadamente “fondos buitre”). No solo implica reconocerles ganancias usurarias que superan el 1.000% si tomamos le inversión inicial de esos “acreedores”, sino también dejando abierta la posibilidad de reclamos por quienes haya ingresado aceptando las quitas de los canjes de deuda de 2005 y 2010. Según varios economistas, tendrían derecho a reclamar igual trato por aplicación del “pari passu” del que se valió el juez Thomas Griesa para darle curso al reclamo de los holdouts. Y entonces volveríamos a la situación que nos llevó a la crisis de 2001 y, por un pase de magia, la deuda rondaría los 500.000 millones de dólares, unas cien veces más de lo que se pretende pagar a estos “vulture”.Esto sería condenar a la Argentina a una crisis similar a la de Grecia, donde se repetirían las escenas que ya vivimos a principios de milenio con enorme desocupación y marginación social, y un grado de incertidumbre como el que está provocando repetidos suicidios en Grecia, España y otros países europeos que no saben cómo salir de la crisis hacia la que nos empujan.Ya hay algunos bonistas que se plegaron al “canje” que están comenzando a plantearse esa actitud, entendiendo que la cláusula Rufo (Right upon future offers), que venció el año pasado, puede readquirir validez a través del “pari passu” que benefició a este 7% de acreedores que tendrían trato privilegiado.Pero, por otra parte, esa decisión significará la salida del default argentino y la posibilidad de volver a los créditos del mercado financiero internacional y no como en estos años recientes por fuera de él. Algo que los sectores empresarios reclaman.¿Valdrá la pena dar ese paso si podemos caer a una situación mucho peor que la actual?
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