El inicio del ciclo lectivo 2016 no fue lo esperado para los niños de la Escuela 15 de San Ignacio, donde las clases comenzaron recién el pasado lunes y con los padres en plan de lucha, como desde hace ya varios años, para lograr un espacio adecuado para el desarrollo de las actividades escolares, puesto que el edificio no reúne siquiera las medidas de seguridad mínimas, al punto que denuncian el desmoronamiento del pozo negro, con la peligrosidad que esto implica.“En la Escuela 15 no hubo un primer día de clases como en todas las escuelas, no se está dando clases, supuestamente van a empezar el próximo lunes, pero el edificio no está arreglado y no hay garantías de que esto se solucione, así que los chicos van a iniciar su año así como está”, explicó María González a PRIMERA EDICIÓN, mamá de tres niños que forman parte de la matrícula de la institución, el miércoles 2, cuando la mayoría de los pequeños en edad escolar de la provincia lucía con alegría guardapolvos blancos ansiando el toque del timbre para dar los primeros trazos en cuadernos recién comprados.Preocupada, esta madre añadió que “recorrimos la escuela y lo único que hicieron fue colocar unos focos, ni siquiera cambiaron el cableado, todo está como estaba, además el pozo negro está hundido, es un peligro para los chicos”.“A todo esto se suma la mugre y, a pesar que desde el Consejo de Educación dicen que se ocupan, creo que el problema está con las maestras y los directivos, porque la mayoría de las maestras hacen paro, uno de mis hijos el año pasado tuvo un mes de clases”, aseguró la mamá.E hizo hincapié en que “la escuela se presenta en este estado desde hace seis años, el año pasado que, después de las vacaciones, en agosto, explotó un tablero eléctrico, después de la explosión arreglaron todo por arriba y se cayó un foco, con todo el cableado, prácticamente arriba de la cabeza de un alumno, porque una maestra atinó a atajarlo y le cortó las manos”.Asimismo, aseguró que se hicieron varios pedidos al Consejo, junto a los padres, porque los docentes temen perder sus cargos, por lo que se mantienen al margen. “En ese entonces nos prometieron que durante diciembre, enero y febrero vendrían a arreglar la escuela, ante esta situación los padres contratamos un abogado, con quien nos reunimos el 5 de enero y nos aseguró que ya estaba todo arreglado y en quince días comenzarían los trabajo, pero no apareció nadie”, enfatizó González.Sobre la instalación eléctrica, la progenitora dijo que “no se cambiaron los cables, el más grueso es de cinco milímetros, el más fino de dos; sólo se reemplazaron las lámparas por focos de bajo consumo, nada más”.Mientras que con el pozo negro se da una situación extremadamente peligrosa, porque “está abierto, sin ningún tipo de seguridad, reja o algo que impida que los niños se acerquen”, subrayó González, moción que acompañó otra mamá, Marta Gutiérrez, quien también tiene a sus tres hijos matriculados en la Escuela 15.Ambas entendieron que una solución estaría en concentrar a los niños en un espacio provisorio en el que puedan dar clases, sin embargo desde el Consejo, aseguran, les dijeron que “ellos no pueden hacer nada, que den clases en la calle o la plaza, pero las maestras no quieren y entonces quedó todo así, desde julio del año pasado los chicos están sin asistir a clases, pasaron de grado sin dar clases, sin una prueba, sin nada y mucho también es responsabilidad de las maestras, que se quieren ganar el sueldo a costillas de los padres, que somos los que tenemos que enseñarle a los niños”, entendió la mamá.Si bien las clases comenzaron, las condiciones edilicias continúan siendo las mismas, por lo que la comunidad educativa teme el cierre definitivo de la escuela, de la que ya se fueron muchos niños.
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