Uno de los investigados como presunto cabecilla de una banda de narcotraficantes, y detenido en agosto de 2013, seguirá alojado en la Unidad Penal XVII de Candelaria, porque el Tribunal Oral Federal en lo Criminal de Posadas, le negó la solicitud de prisión domiciliaria, presentada por una afección por conjuntivitis.El pedido fue presentado por los defensores del procesado Diego César Ariel Toledo, pero el Tribunal lo desestimó siguiendo la opinión de los médicos de la cárcel federal y en consonancia con la negativa manifestada por la fiscal Vivian Barbosa.Toledo fue detenido por Gendarmería el martes 13 de agosto de 2013 cuanto intentaba salir del país a través del puente Posadas-Encarnación y fue acusado y procesado como “organizador del delito de transporte de estupefacientes agravado”, previsto en la ley 23.737.Sus defensores, Daniel Sergio Zanivan y Ramón Moisés Grinhauz solicitaron la prisión domiciliaria atento a que Toledo “padece un cuadro de conjuntivitis en el ojo del cual ha sido sometido a un trasplante de córnea (…) Y que esta situación le causa problemas de salud y necesita un tratamiento adecuado y con las circunstancias de profilaxis necesarias para el normal seguimiento de la patología”. Principalmente porque “en el lugar donde se aloja no cuenta con los mínimos requisitos para cumplir con el tratamiento médico indicado”.De acuerdo a los pedidos de informe solicitados por el Tribunal, se interpretó que “si bien el medio carcelario no es el más adecuado en comparación con el ámbito familiar, no impide el tratamiento adecuado de la dolencia del interno porque está siendo asistido por profesionales extramuros sin resultar necesario su alojamiento en un establecimiento hospitalario”.En diciembre pasado, Mario Hachiro Doi, miembro del Tribunal Federal, dispuso que Toledo reciba las correspondientes atenciones y controles de seguimiento que requieran su salida momentánea del ámbito carcelario.Pedido similarDurante los primeros días de noviembre de 2015, el Tribunal Federal concedió el arresto -en su hogar de Itaembé Miní- a Osvaldo Darío Amarilla, uno de los involucrados con Toledo en la presunta red de narcotraficantes. Amarilla, de 37 años, padece un cuadro severo de diabetes y presión arterial alta y estaba bajo prisión preventiva, junto a los otros seis sospechosos.Agosto 2013En agosto de 2013, en el puesto de control de Gendarmería en la localidad de San José, fue descubierta una camioneta con tres ocupantes y 60 kilos de cocaína debajo de un panel y otros habitáculos acondicionados. En simultáneo Gendarmería concretó otros tres allanamientos en Posadas donde se detuvieron a los otros sospechosos. La investigación se inició en enero del mismo año con la aprehensión de un gendarme en la localidad uruguaya de Canelones. A quien le secuestraron 323 kilogramos de la misma droga, valuados en más de 13 millones de dólares y que tenían como destino final el consumo en Europa.Las escuchas que se iniciaron, desprendiéndose de esta investigación, apuntaron directamente a Posadas y a los supuestos encargados de cruzar el estupefaciente desde Paraguay y acondicionarlo en automóviles. Esta pata de la amplia red sería la desbaratada siete meses después con la captura de Toledo en la capital misionera.JurisprudenciaDe acuerdo a la jurisprudencia remarcada por el Tribunal Federal de Posadas: “El arresto domiciliario constituye una solución más aceptable para los casos en que el encierro carcelario implica un desmedro que va más allá de las restricciones propias de la ejecución de la pena”. Y cita el artículo 33 de la Ley de Ejecución que establece que el juez deberá requerir, previamente a decidir acerca de la concesión del beneficio, “informes médicos, psicológicos y sociales que fundadamente lo justifique”.
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