Los vecinos de la localidad de Montecarlo pidieron una reunión con el intendente Julio Barreto, para tratar la restitución de la vigencia de las ordenanzas que prohíben la utilización de glifosato y otros agrotóxicos en el casco urbano de esa ciudad.La problemática data de hace varios años, sin embargo se agudizó cuando el Concejo Deliberante Montecarlo a través de una norma sancionada este año suspendió la ordenanza 042/2.012 y la 070/2015. La nota está firmada por el ingeniero Jesús Contreras, quien solicitó la vigencia de las medidas. Contó con el acompañamiento de los técnicos del Inta, de la Cooperativa Agrícola, Feria Franca de Montecarlo, Orquidiófilos, Floricultores, Promotora de Turismo de esa localidad y otros organismos que sumaron su rúbrica al texto. Consecuencias“Las organizaciones que estamos a favor de la protección de la zona urbana en contra de los agrotóxicos somos las ONG’s ecologistas Kaá-Berá, Familias Semilleras, el Movimiento Pedagógico para la Liberación, la Cooperativa de Tareferos, docentes en general y gran parte de la comunidad de Montecarlo. Así también nos acompañan en la lucha otras organizaciones vinculadas a la temática ecológica, como lo es la Mesa por el no a las Represas, que vincula a un gran número de espacios políticos, sociales y culturales”, indicó el impulsor del pedido.Muchas veces para defender el uso de agrotóxicos se expresa que no hay alternativa, pero los productores desconocen o no quieren usar esos productos. Contreras afirmó que “la agroecología es una línea de pensamiento opuesta a la forma de producción convencional contaminante. Es un eje de poder y un eje estratégico de la soberanía alimentaria. La agroecología es un planteo muy amplio, con una mirada integral sobre el ecosistema, plantea la producción agropecuaria a partir del diálogo de saberes entre la academia y el campesinado; entre la tradición y los conocimientos científicos; buscando las tecnologías que permitan producir en forma sustentable y saludable de acuerdo a los dictados de la naturaleza; respetando la diversidad biológica y cultural. Produce alimentos sin tóxicos, sin sustancias dañinas, sin energía negativa, sin una historia dañina. Produce un alimento concebido, producido y consumido en un agroecosistema ambientalmente sano, económicamente viable y socialmente justo”.Desde hace un tiempo están buscando reunirse con los principales funcionarios del municipio y en algunos casos ya lo hicieron. Sin embargo, adelantaron que van a iniciar un proceso con el fin de lograr la sensibilización de los concejales, con apoyo de la comunidad que quiere un ambiente sano, de los profesionales de la salud. La idea de los vecinos es trabajar con organizaciones a nivel provincial y nacional para que retomen las ordenanzas. Entre las tareas está realizar encuentros de información acerca de los daños de los agrotóxicos, visibilizar la propuesta agroecológica, como lo estipulan las ordenanzas suspendidas y, “si es necesario la movilización de las organizaciones que defienden la vida, por sobre las decisiones de las autoridades que priorizan lo económico y no la salud de la comunidad. Por supuesto que no descartamos tomar el camino judicial”, aseguró Contreras.
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