Según informó Unicef en un comunicado, los niños que viven en zonas de conflicto, tal como el caso de Siria, están a menudo expuestos a traumas extremos y al peligro de vivir en una situación de estrés tóxico, un estado que inhibe la conexión de las células del cerebro y que tiene importantes repercusiones que afectarán su desarrollo cognoscitivo, social y físico para el resto de su vida. Durante los primeros siete años de vida, según se informó en el comunicado, el cerebro del niño tiene la posibilidad de activar mil células cerebrales por segundo, cada una de estas, llamadas neuronas, tiene la facultad de conectarse con otras 10 mil a una velocidad de miles de veces por segundo. “Además de las amenazas físicas inmediatas a las que se tienen que enfrentar los niños durante estas crisis, corren igualmente el riesgo de sufrir secuelas emocionales enraizadas en lo más profundo de ellos mismos”, dijo la responsable de Unicef para el desarrollo de la primera infancia, Pia Britto. Las cifras de Unicef indican que, en todo el mundo, 1 de cada 11 niños de 6 años o menos ha pasado en una situación de conflicto la época de su vida más importante para el desarrollo de su cerebro. “Los conflictos privan a los niños de su seguridad, de su familia y de sus amigos, del juego y de la rutina. Y sin embargo, todos ellos son los elementos de la infancia que ofrecen a los niños las mejores oportunidades posibles de desarrollarse completamente y de aprender de manera eficaz, lo que les permitirá participar en la economía y en la sociedad, y crear comunidades sólidas y seguras”, señaló Britto. Para paliar esta situación Unicef desarrolla una campaña mundial que en Argentina invita a sumarse en la recaudación de fondos para hacer frente a las necesidades de los millones de chicos atrapados por la crisis en Siria, a través de la línea telefónica 0810-333-3313 y el sitio web<a href="https://www.unicef.org.ar/Formulario.aspx?Campania=siria"> www.unicef.org.ar/siria.</a>Fuente: Noticias Argentinas
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