No esperan a que llegue el entrenador. Minutos antes de las 15, comienzan a repartirse las sillas adaptadas para el juego, sueltan un par de pelotas en la cancha y se inician los primeros tiros a los aros. Así todos los martes y jueves en la Escuela Municipal de Básquetbol Adaptado, lugar al que concurren alrededor de 15 personas que por diferentes razones viven su vida en una silla de ruedas, pero no dejan que eso los detenga.“Yo soy pivot, soy el que está al lado del aro lanzando”, explica José Luis Arce ante la pregunta de PRIMERA EDICIÓN sobre cuál es su posición en la cancha. José Luis es uno de los más grandes: en su último cumpleaños sopló 46 velitas. Sin embargo el básquet adaptado, literalmente, no conoce de barreras: en el grupo conviven jóvenes de 14 años y personas grandes que pasan las cuatro décadas. Todos juntos, tiran para el mismo lado, pero no literalmente: se dividen en dos grupos y uno de ellos trata de embocarla en el aro que da hacia la costanera y el otro al que tiene atrás a la avenida Rademacher. Son las 15 y el calor dentro del Polideportivo Finito Gehrmann comienza a sentirse, pero para ellos no pasa nada. Hace poco menos de dos meses que se conformó el grupo de básquet adaptado que entrena Marcelo Bogado, un conocedor del tradicional que, con el paso de los días y con sus mismos alumnos, va aprendiendo las nuevas reglas, las nuevas formas, los nuevos estilos y jugadas que implica el básquet adaptado. Este grupo se había armado en el barrio Santa Lucía y llegaron a afrontar algunas competiciones, pero “no tenían un espacio seguro para entrenar. Muchas veces llovía y los entrenamientos se suspendían y así ese grupo se fue disolviendo”, dice Marcelo, quien llega pasada las 15 y comienza con la colocación del circuito de conitos para dar inicio a las clases. “Esto no tiene una categoría. Es libre. El más chico tiene 14 años y el más grande debe tener 43 y están todos mezclados. Ellos esperan los martes y jueves para venir a practicar básquet”, dice el “profe” a PRIMERA EDICIÓN. El entrenamiento es en el Polideportivo Finito Gehrmann y comienza cerca a las 15. Los esperan diez sillas preparadas para la práctica del deporte, número que ya les va quedando chico. “Hoy por hoy vienen 15 personas y se tienen que quedar cinco afuera y diez dentro de la cancha porque no tenemos más sillas. Tenemos justo diez y ellos no pueden ocupar las sillas que ocupan todos los días porque se les complica mucho, la de básquet adaptado es una silla especial”. Bogado contó que fue el municipio de Posadas quien les cedió las sillas y que están en camino entre siete y diez más. “Ya cada uno se sacó la medida porque están hechas especialmente. Así a nadie le queda chica o grande”. Saben de competenciasLa Escuela se inició con los primeros días del año y, ahí nomás, los muchachos ya se animaron a la competencia. “Ellos ya se fueron a jugar este año a Santiago del Estero. Tuvimos una práctica y se fueron porque la invitación ya la tenían. Entonces, nos pusimos como meta jugar los torneos regionales y nacionales y ya nos están invitando a participar. Lo que estamos haciendo ahora es tratar de agarrar ritmo, aro, mucha práctica y la idea es en los meses de julio y agosto ya ir a la competencia”, asegura el DT del equipo. “Antes queremos hacer una competencia acá, si podemos con la gente de Encarnación que sabemos que hay un equipo también y tratar de hacer un torneo regional invitando a la gente de Corrientes, de Formosa y de Chaco”, agrega.La posibilidad entusiasma a todos. Con ese objetivo en mente se entrenan en “el Finito”. “Su evolución es muy grande. En estos dos meses al tener una pelota cada uno, la pican todo el tiempo, tiran más al aro, todos los días juegan partidos, ese el cierre de la clase. Están motivados porque yo les hago hacer muchos ‘campeonatitos’ entre nosotros, con prenda, entonces se esfuerzan por querer ganar y no hacer la prenda y esas cosas”, dice Marcelo mientras se le dibuja una sonrisa que reboza orgullo en su cara. La actividad es totalmente gratuita. “El municipio, si hay que hacer algún traslado, algún viaje, si hay algún evento o lo que sea, se encarga de todo. Los chicos están muy contentos y felices por esto que están viviendo”. Todos los martes y jueves, entonces, se reúnen a practicar y a disfrutar. “Les está haciendo bien, hasta ahora se cumplieron todos los requisitos que pusimos como el pedido de ser constantes en los entrenamientos y siempre son entre 10 y 12 personas dentro de la cancha. Buscamos hacerlo al mediodía porque hay gente que trabaja, estudia y en este horario la mayoría podía. Es muy emocionante ver cómo juegan y se desenvuelven dentro y fuera de la cancha. El municipio nos dio la posibilidad y la estamos aprovechando al máximo”. La voz de la experienciaJosé Luis dejó su Buenos Aires natal hace dos años y se trajo en las valijas toda su experiencia en las canchas de básquet. “Yo juego desde los 14 años. Yo jugué en el barrio Belgrano, también en Ezeiza. He jugado varios campeonatos, no hemos ganado grandes ligas, pero sí participamos”, asegura el hombre que en 1970 sufrió de poliomelitis, la razón del porqué vive en silla de ruedas. “Esto es un logro”, dice orgulloso y cuenta que invitó a varios a jugar tras verlos por la calle. “Empezamos a juntarnos y a hacer algo, después aparecieron otros chicos del barrio y se sumaron. Esto es un sueño, un logro, porque primero éramos 3 y ahora somos quince”. Dice que “tenemos la ilusión de poder participar del torneo de Faba (Federación Argentina de Básquet Adaptado). Necesitamos el apoyo de alguien que nos pueda ayudar para que podamos participar porque el costo es de alrededor de 6.000 pesos para participar”, aprovecha para pedir la colaboración de alguien y cuenta que “se juega por categorías, se le da un puntaje a cada chico en silla de ruedas y gracias a ese puntaje no se saca ventaja sobre el otro equipo. Esos puntajes los da la Federación”. Sobre el juego, “es como el convencional, sólo que cambian algunas reglas como si ‘remas’ con las sillas, tenés que hacerla picar porque si no es caminar, no podemos llevar la pelota mucho tiempo si no que la tenemos que hacer picar y dos remadas”, explica. La sensación, tras la visita, es que estos deportistas son testimonio de que “se puede” y mucho más. PRIMERA EDICIÓN los deja continuar con su entrenamiento y se aleja tras las fotos de rigor con los golpes de la pelota en el parquizado y las risas y complicidades propias de un grupo donde no existen barreras ni prejuicios. Sí, se puede, definitivamente. Las chicas “basquetbolistas”“Los chicos no nos tienen compasión”, es la frase en la que coinciden Noelia Olivera y “Lely” Brito, las dos chicas basquetbolistas que, lejos de dejarse llevar por prejuicios ni amedrentarse ante la presencia de los hombres, decidieron sumarse a la Escuela Municipal de Básquet Adaptado. “Hacía como dos o tres sema
nas que estaban entrenando acá y vi las fotos en Facebook y me sumé. Sabía que iba a ser la única mujer pero después publiqué fotos y la sumamos a ‘Lely’, entonces no estaba sola”, dice Noelia. “Los chicos nos integran bastante bien. Jugamos a la par, a su velocidad”, asegura “Lely” y agrega que “el juego es el mismo de la gente que camina, incluso el aro está a la misma altura. Estamos en las sillas, pero el resto es el mismo que el básquet común”. Las chicas aseguran que “la idea es competir. Estamos entrenando ahora para prepararnos un poco más y competir”.“Las chicas son unas divinas total, ellas quisieron venir a practicar y se ponen a la par de los chicos”, dice Marcelo, el DT y agrega que “uno de los reglamentos en el básquet para adaptados es que es mixto, puede haber cuatro en cancha más una chica o cuatro chicas y un hombre. Entonces, está bueno que haya y seguramente se van a seguir sumando porque donde vemos una persona con silla de ruedas le decimos que tienen las puertas abiertas para venir a practicar”.InvitaciónDesde la Escuela sostienen que “las puertas están abiertas para todos los que quieran sumarse. Entrenamos martes y jueves de 15 a 17 en el Polideportivo Finito Gehrmann, en un lugar que por lluvia no se suspende y está a nuestra disposición. Tenemos la cancha para nosotros las dos horas y le tratamos de sacar el mayor provecho posible”. Los interesados pueden comunicarse al celular (0376) 154679996.
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