François Hollande ha renunciado al más emblemático de los proyectos de su mandato presidencial: reformar la Constitución para privar de la nacionalidad a los terroristas.Hollande debió desistir del proyecto de ley para incluir el estado de emergencia y la posibilidad de despojar de la nacionalidad a los condenados por terrorismo.La pieza legislativa se componía de dos puntos: el primero contenía las condiciones en que podrá decretarse el estado de emergencia en Francia, y el segundo fijaba las reglas bajo las cuales una persona puede ser despojada de la nacionalidad francesa en caso de ser condenada por terrorismo, informó la agencia de noticias EFE.La marcha atrás, según anunció el propio Hollande en una breve declaración en el Palacio del Elíseo, se produce ante la falta de consenso en la Asamblea Nacional y el Senado y la "hostilidad" de una parte de la oposición hacia ese proyecto.Tras los atentados terroristas del 13 de noviembre pasado, que costaron la vida a 130 personas e hirieron gravemente a otras 413, el presidente Hollande anunció el más personal y emblemático de sus proyectos: reformar la Constitución para poder privar de la nacionalidad francesa a los asesinos terroristas.El proyecto presidencial fue aprobado por la extrema derecha, la derecha, el centro y parte de las familias socialistas, pero abrió una grieta patética entre las distintas familias de las izquierdas francesas.Cuando Manuel Valls encomendó a su ministra de justicia de la época, Christiane Taubira, una primera redacción del proyecto de reforma constitucional, estallaron las primeras e inflamables tensiones. Taubirá terminó dimitiendo, para denunciar el proyecto de reforma constitucional.Hollande y Valls nombraron ministro de Justicia a un hombre fiel, Jean-Jacques Urvoas, que presentó y defendió la reforma constitucional ante la Asamblea Nacional.Tras la dimisión de Taubira, Hollande redujo considerablemente el alcance de la reforma prevista de la Constitución. En la Asamblea Nacional (AN), una frágil mayoría heteróclita terminó aprobando una reforma censurada por buena parte de la izquierda. Aprobada en primera lectura en la AN, el proyecto de Ley de reforma constitucional pasó al Senado, donde el mismo proyecto sufrió nuevas enmiendas, con un nuevo texto.El Senado y la AN aprobaron textos distintos e incompatibles. Ante tal divergencia parlamentaria, de inmenso calado, Hollande podía proponer un nuevo proyecto, retocado, de nuevo. Tras entrevistarse con los presidentes de la AN y el Senado, Hollande ha preferido tirar la toalla, declarando, tras el consejo de ministros del miércoles día 30: "Constato que la Asamblea Nacional y el Senado no han sido capaces de ponerse de acuerdo en un mismo texto. Parece imposible negociar un punto de vista común sobre la privación de nacionalidad. He decidido poner fin a este debate constitucional"."Fin de la historia". Hollande renuncia a reformar la Constitución para poder privar de la nacionalidad francesa a los criminales terroristas.En su origen último, la reforma constitucional estaba destinada a consolidar la unidad nacional contra el terrorismo. Ha conseguido exactamente lo contrario: dividir a las izquierdas, confirmar los enfrentamientos izquierda y derecha tradicionales, ofrecer a la extrema derecha un nuevo tema de campaña electoral, a quince meses de las próximas elecciones presidenciales.Fuente: Medios Digitales
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