Desde hace unos dos años, los vecinos de un sector del barrio Terrazas de Itaembé Miní padecen las consecuencias de tener en su “patio” un predio abandonado que sería propiedad del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha) y que a pesar de los reclamos hasta el momento nadie se hizo eco del problema. Este matorral, ubicado en avenida Nº 133 casi 170, sirve de amparo para los malvivientes, es un espacio ideal para la proliferación de alimañas y del tan temido Aedes aegypti, que desde los diversos organismos pregonan su eliminación.Mariela Peri es una de las damnificadas y contó que entre los frentistas juntaron dinero y pagaron a un obrero para que tumbara el esqueleto de lo que era el obrador de la empresa Spotorno porque se habían instalado unos okupas que luego fueron relocalizados. Como del terreno las máquinas extraían tierra, quedó como un cráter. Los vecinos ya se ocuparon de prender fuego y de comprar agrotóxicos para fumigar pero “ya no tenemos ganas de gastar”.La frentista aseguró que eso “era un aguantadero. Escondidos entre las malezas malvivientes se ocupaban de tomar las chapas patente de los autos de los vecinos, registrando los horarios de entrada y salida. Ahora hay un malezal que ocupa una cuadra, que va de 170 a 174. Hablé con el presidente de la comisión vecinal, Gustavo Aquino, y me respondió que ese predio es propiedad del Iprodha”. Sorpresa y mediaRecordó que en enero, mientras estaba de vacaciones, al igual que la propietaria de la vivienda lindera, “nos entraron a robar, nos durmieron los perros y se llevaron lo que se te ocurra. Pero nadie vio nada, nadie sabe nada. Hice la denuncia en la comisaría Novena y reiteré los reclamos al titular de la comisión vecinal, pero hasta el día de hoy no tuve respuesta”.Manifestó indignada que “nos bombardean con el tema del dengue, la prevención, la limpieza de los patios, y nosotros tenemos el foco infeccioso en frente de nuestras casas, con los riesgos que eso implica. En la zona se detienen los autos y tiran animales muertos. De ese lugar salen ratas, víboras. Días atrás la hija de una vecina pisó a una de las serpientes y la pregunta es: si le llega a morder, ¿quién se hace cargo?. Indudablemente que los padres”. “Se supone que es un barrio residencial y tenemos la mugre a cielo abierto a lo largo de una cuadra entera. En definitiva, nadie ve nada, nadie se hace cargo de nada”, lamentó.Agregó que hace unos días “me volvieron a forzar el portón de la casa, intentaron entrar, y al vecino le reventaron la puerta. Volvimos a hacer la denuncia en la comisaría. Dicen que van a salir a patrullar pero todo sigue igual. Ya agotamos todas las instancias y estamos cansados de poner plata de nuestros bolsillos y que nadie nos la devuelva. No se si multarán al Iprodha por la mugre que tenemos en frente a nuestras casas . Evidentemente no porque nadie se hace cargo, nadie viene, nadie se importa. Y es inhumano vivir así”.
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