“A mi hija la drogaron y violaron”

El sábado 23 de enero un hombre denunció que su hija de 17 años fue drogada y violada por dos hombres en un bar de avenida Uruguay casi Trinchera de San José.Pese a la acusación “todo quedó en la nada. Nosotros hicimos la denuncia pero eso quedó tapado”, explicó a PRIMERA EDICIÓN el denunciante, quien prefirió el anonimato. Y siguió “fuimos al Juzgado Federal y denunciamos. Ahí comenzaron las investigaciones y el allanamiento en el pub. Si no lo hacíamos de ese modo, esto iba a quedar en la nada, todo tapado. Iba a seguir operando de la misma forma”.Según el hombre, esa denuncia derivó en el allanamiento realizado el sábado por la madrugada por efectivos de Gendarmería Nacional y que tuvo como resultado el rescate de doce jóvenes, cuatro menores, de una presunta red de explotación sexual que funcionaba en el bar-pool de la avenida Uruguay a pocos metros del Comando Radioeléctrico de Policía.Del lugar se secuestraron dosis de cocaína y marihuana, teléfonos celulares y documentación variada.Una historia de horrorTodo comenzó la noche del viernes 22 de enero. La adolescente de 17 años salió junto a sus amigos rumbo al local bailable. “Ellos van a ese bar que allanaron, mi hija me dijo que le invitaron champagne y tomó. Después se empezó a sentir mal. En ese champagne le pusieron droga, estoy seguro”, señaló el hombre. Y siguió “desde ese momento se sintió mal y salió afuera. Se sentó en la escalera y se le acercó un hombre que le preguntó si se sentía bien. Ella le dijo que estaba mal que quería volver a casa. Y él le dijo: ‘te voy a llevar’. La tomó del brazo y la subió a un auto donde había otro tipo. Ella contó que no podía moverse, no podía gritar porque se le trababa la lengua, se sentía mareada, estaba indefensa”.Los sujetos, de entre 25 y 35 años serían integrantes del bar-pool según el denunciante, llevaron a la muchacha hasta una vivienda donde habrían ocurrido los abusos. “Por poco matan a mi hija. Nos contó que veía lo que le hacían pero no podía defenderse”, aseguró.La encontraronUnas ocho horas después y tras una desesperada búsqueda, la hermana de la víctima logró obtener un dato que la llevó hasta la casa donde se encontraba la menor. “A ella la secuestraron y cerca de las 17 aproximadamente mi otra hija llegó a la casa del violador. Una mujer la atendió y le dijo que no había nadie, pero ella insistió y llamó al 911 pero nunca llegó la Policía. Hasta que liberaron a mi hija, con la ropa sucia y llorando. Mi otra hija le preguntó: ‘¿qué te pasó? ¿Por qué llorás?’. Y sólo le contestó: ‘vamos a casa’. Una vez en el auto, le dijo: ‘fue horrible, me violaron’".  relató el padre.La denunciaDe inmediato, las jóvenes fueron hasta la seccional Tercera donde habrían intentado radicar la denuncia. “En la Tercera pidieron auxilio, y llegó un Toyota blanco, donde vieron al dueño del bar allanado. A ese hombre lo atendió el oficial y a mis hijas las dejaron esperando”, reveló el hombre.Una vez que son atendidas por los efectivos, la joven le habría manifestado que fue víctima de un abuso sexual “pero el oficial le dijo: ‘nosotros no tomamos la denuncia. Anda a la Comisaría de la Mujer con tus propios medios porque no hay móvil’”.De acuerdo al padre de la víctima, trascurrieron unos 40 minutos hasta que le tomaron la denuncia pero “nadie le atendió, ningún médico. En eso llegó el oficial de la seccional Tercera y habló en la Comisaría de la Mujer. Le incautan la ropa interior y finalmente, la abandonan en el Hospital de Fátima”.Para el denunciante existe una sospecha que nadie parece investigar: la relación de los dueños del pub y la Policía. “A ella no le hicieron los análisis para saber qué tipo de droga le pusieron y desaparecieron las pruebas. Es una pesadilla lo que estamos viviendo”, manifestó.Eso motivó a la familia a radicar una denuncia en el Juzgado Federal: “Cuando vi el allanamiento lo primero que pensé fue que salvaron a las chicas que estaban metidas ahí. Mi hija fue con los amigos, y le pasó todo esto. Le pido a la Justicia que se investigue, que se haga algo por favor”, rogó el denunciante de un terrible hecho.