Es que trece países europeos, entre los que figuran Francia, Austria y Grecia, pidieron recientemente a la Unión Europea que excluya los productos agrícolas “sensibles”, como los lácteos o las carnes, de los futuros intercambios de ofertas con el Mercosur. El tema se trató en un Consejo de ministros europeos de Agricultura, a petición de Austria, Chipre, Estonia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Polonia, Rumania y Eslovenia; países que firmaron documento rechazando las cuotas sobre productos sensibles en la oferta que la UE planteará al Mercosur en los próximos meses.En el documento,resaltaron que “el sector agrícola europeo afronta una difícil crisis” y a pesar de las medidas adoptadas en 2015, de momento “no se ha logrado resolver la situación, que sigue siendo muy difícil para muchos sectores agrarios".El reclamo se funda en que los países del Mercosur “son líderes mundiales en los mercados agrícolas y sus sectores agrarios y alimentarios son muy competitivos”, y entre las consecuencias que se busca evitar no se destaca sólo el impacto negativos sobre los sectores agrícolas europeos, sino en un eventual efecto dominó en las negociaciones con terceros países, “como con los Estados Unidos”. El proteccionismo europeo respecto a su sector agrícola no es un hecho nuevo y su efecto distorsivo ha sido denunciado reiteradamente por los países sudamericanos en el contexto de foros como la OMC. Repetir esta postura, que rompe con las reglas de reciprocidad que son la base conceptual del comercio internacional, no favorece las actuales negociaciones.
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