La <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/218338/aparecieron-los-parana-papers-la-eby-difundio-su-nomina-de-empleados.html">aparición del nombre del hijo de Eduardo “Balero” Torres (titular del Instituto Provincial de Loterías y Casinos SE) en la lista de los empleados de planta permanente de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY)</a>, no sólo llamó la atención por el vínculo filial del muchacho con el funcionario clossista y su probada suerte al conseguir un cargo por el cual le pagan haberes mensuales que rondan los 20 mil pesos. También su nombre remite a la actividad del turf en la provincia y en especial, a las carreras cuadreras. El joven Diego Gonzalo Torres es muy popular en este ambiente, al igual que su padre. De hecho, en publicaciones especializadas del mundo hípico, “Gonza” y “Balero” se enorgullecen con los logros de los caballos pertenecientes al stud “La Tapera” que les pertenece.La suerte del hijo del funcionario es para envidiar. En 2009 era un simple contratado de la planta temporaria de la Delegación Posadas de la Dirección Nacional de Migraciones. En 2010 pasó a la planta permanente de la EBY y en 2011 aparecía ya como propietario de ejemplares ganadores de las carreras más populares del interior, entre las cuales se cuenta la denominada “Copa Challenger” que se corre desde hace tres años en Misiones. El joven Torres ganó las dos últimas ediciones del Challenger con su potro Cambá Porá, una de las estrellas del stud que tiene varios ejemplares de gran rendimiento en el mundo hípico, y que logró poner en marcha pese a sus acotados sueldos de empleado público. En el año 2014, el hijo de Balero se alzó con un premio de 250 mil pesos más 25 mil por el doblete, ya que su otro caballo, Tacuchín, salió segundo. En 2015, el premio fue de 260 mil. Lo notable del caso es que la copa Challenger que hace dos años gana “Gonza” y sus caballos, es organizada y auspiciada por el organismo que conduce su padre. A la vez, el Iplyc es responsable del contralor de las apuestas que se levantan en cada carrera, las que superan cifras varias veces millonarias. Sólo el año pasado se “habrían” repartido diez millones de pesos por este mecanismo de azar tan típico del mundo del turf, y el uso del potencial no es fortuito: el cálculo proviene también de las publicaciones especializadas que destacaban la falta de cifras oficiales, ya que el Iplyc no es adepto a informar cuántos millones se manejan en cada edición por este concepto. El organismo, a su vez, se queda con el 30% de las apuestas “para el cumplimiento de sus fines según lo estipula su ley de creación”. Un “círculo virtuoso” de escasa publicidad, poco conocimiento público y menor control. Pasión burrera y “solidaridad”La Copa Challenger es uno de los principales trofeos del turf del “cuarto de milla” en el país. En sus primeras ediciones se presentó al público en un llamativo formato “solidario”: el Iplyc cobró un alimento no perecedero a modo de entrada al hipódromo General Belgrano, mercadería destinada “a barrios carenciados de la ciudad de Posadas”. Es sabido que los eventos de carácter solidario suelen encontrarse exentos del pago de impuestos. Pero la caridad sólo se remitió a esta recaudación de mercadería, no así a lo producido por las apuestas. Al momento de anunciar la llegada del artista Romeo Santos en plena campaña electoral del año pasado, y <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/204356/desmienten-actuacion-de-romeo-santos-en-posadas.html">antes de que estallara el escándalo por la desmentida oficial de sus representantes y el monto de seis millones de pesos que el Iplyc estaba dispuesto a pagarle</a>, Balero Torres dijo que el propósito de “apostar” a los megaespectáculos era potenciar el turismo en Posadas. “Una de las maneras que entendemos que podemos colaborar… es apoyando la Copa Challenger (carreras cuadreras), y el Música x todos, con artistas de renombre”, explicó, sin ahondar en detalles sobre su comprobada “pasión burrera” ni sobre los intereses directos de su familia en el mundo del turf. “Ganamos la carrera más importante del país, a la Copa Challenger llegan solamente los mejores” explicaba en noviembre pasado un entusiasta Gonzalo Torres a los medios afines al gobierno que cubrieron palmo a palmo el evento y la premiación. No era para menos: Gonzalo recibió el trofeo y el premio de 250 mil pesos de manos del mismísimo gobernador Maurice Fabián Closs. “Camba Porá es un potrillo de tres años, vino hace poco, lo empezamos a trabajar y lo pusimos a correr la Copa Challenger. ¿Cómo se trabaja para ganar una carrera así? Corriendo en todos lados; hace un mes Tacuchín gano en Santa Fe y venía a defender ese título acá, si ganaba. Para el stud es lo más importante a lo que uno pueda aspirar, ganar esta Copa en las cuadreras significa todo”, agregaba el retoño de Balero, muy emocionado. Su padre tampoco disimulaba la emoción. Es que el año pasado logró traer al circuito misionero unos cuantos caballos pura sangre que corren también en los hipódromos más importantes del país, como Palermo o La Plata, con lo que aumentó el interés en el mundo de las apuestas. "Gracias a Balero"El Presidente del Jockey Club, Agustín Benítez, no deja de agradecer los esfuerzos denodados de Eduardo “Balero” Torres para “recuperar la actividad del turf en Misiones”.El “renacer” del hipismo, según el dirigente, se dio a partir del año 2008, en coincidencia con la aparición de “Balero” tomando las riendas de la actividad. En aquellos tiempos, Benítez explicaba que el turf “es una industria porque genera divisas de afuera”. “Todos los días de año se venden caballos, y las cifras mínimas serían de doscientos mil dólares por un caballo clásico. Miles de millones por año entran al país a través del turf”, refería. Aquellas declaraciones no sólo dan una idea del negocio que se mueve detrás de las carreras sino también del valor estimado de los ejemplares que posee el stud del hijo del funcionario que aparece como propietario. La incursión de Torres en el mundo que auspicia, controla y del cual maneja el 30 % de las millonarias ganancias a través del organismo que preside, también se dio en coincidencia con el arribo a la provincia del organizador “estrella” de las cuadreras, Ariel Jaime, quien llegó desde Córdoba para hacerse cargo de poner a Misiones en la vidriera del mundo burrero. Según no se cansa de reconocer públicamente Benítez, “Torres hizo que el turf vuelva a renacer en Misiones”. "Adscripto"Diego Gonzalo Torres ingresó como empleado de la EBY en 2010 con la categoría E1, y un sueldo actual de 22.828 pesos según el listado dado a conocer por orden del actual Director Ejecutivo, H
umberto Schiavoni. Por la fecha de contratación, ingresó gracias a la venia del funcionario kirchnerista Oscar Thomas. Antes pasó por la Dirección Nacional de Migraciones, organismo al que entró a trabajar como contratado de la planta temporaria por decreto 1.323 del 2009, al igual que su esposa. “Creo que está adscripto, no está acá hace rato”, respondieron desde la EBY cuando este diario consultó sobre las tareas que le fueron asignadas al trabajador de planta permanente. En Migraciones sólo trabaja su mujer, que a decir de compañeros y jefes, es sumamente responsable con el cumplimiento de sus funciones y muy apreciada por sus dones de buena gente. Más allá del dato, en la práctica nadie sabe o quiere contestar cuál es el destino laboral del hijo del funcionario en la actualidad. ¿Habrá informado?Una situación legal muy particular pudo haberse dado entre Eduardo “Balero” Torres y su hijo Gonzalo a partir de la vigencia de la Ley nacional 25.246 de creación de la Unidad de Información Financiera (UIF), entidad autónoma encargada de prevenir el lavado de activos. El artículo 20 de esa ley establece que quienes exploten habitualmente juegos de azar tienen la obligación de comunicar a la UIF todas las operaciones sospechosas y toda otra información que aquélla requiera, bajo apercibimiento de incurrir en delito. La Ley 25.246 fue reglamentada mediante la Resolución 17/03 de la UIF, aplicable a las personas físicas y/o jurídicas explotadoras de juegos de azar. La mencionada Resolución prescribe, entre otras obligaciones, la de “proveer a la UIF información relativa a los ganadores de premios que se entreguen y/o paguen con cheques u otros valores diferentes del efectivo, cuyo importe sea igual o superior a 10 mil pesos”. Si los premios cobrados por su hijo se abonaron por medios de pago distintos de los billetes, seguramente el Iplyc habrá cumplido con la norma. Si no fue así, la suma abonada habrá requerido de su traslado en varias y abultadas bolsas. “Los verdes eran las vedettes”“Mucho público en las instalaciones del Belgrano y por supuesto que con una carrera con nueve caballos en las gateras, se jugaron todo lo que pudieron”, decía la crónica del especialista en Turf del diario “La mañana online” de Formosa que realizó la cobertura completa de la Copa Challenger en agosto del año pasado en Posadas. En la crónica se hizo referencia directa a las apuestas:?“además hubo apuestas de todos los colores afuera, entre los aficionados, donde los verdes eran las vedettes, para simplificar, porque hoy los lilas hacen mucho bulto” señalaba el cronista en clara alusión a la cantidad de dólares que circularon entre los apostadores. La misma crónica turfística señalaba como “favoritos cerrados” a “Camba Porá, Salvador, Tiger Verde, Emperador de Chile, y un pozo más abajo el resto del pelotón, pero a los paraguayos les gustaba en sueños Tordillo Capi, un voluminoso ejemplar que apenas entra en gateras”. Cómo se controla La ley I Nº 13 (antes 3643) transformó al organismo público Iplyc en una empresa del Estado, con lo cual dejó de estar obligada a cumplir con las leyes de Contabilidad, de Obras Públicas y de Procedimiento Administrativo. Tampoco tiene control de dependencias como el Tribunal de Cuentas o la Fiscalía de Estado. Todas las decisiones que toma su directorio “se deben someter a la Asamblea” que debe asegurar “un eficiente y eficaz sistema de control interno normativo, financiero, económico y de gestión sobre sus operaciones, comprendiendo la práctica del control previo y posterior de la auditoria interna”. Una vez por año, el Iplyc SE debe contratar la realización “por parte de estudios profesionales de auditores independientes, de auditorias financieras, de legalidad y de gestión, cuyo informe será remitido anualmente a la Cámara de Representantes”. Hasta la fecha y más allá de la exposición de Eduardo “Balero” Torres cada fin de año en la comisión de presupuesto de la Legislatura, ese informe no se hizo público, si es que existe. Cómo se reparteEl artículo 9 de la ley que transformó al Iplyc en empresa del Estado, establece que las utilidades del Instituto debieran destinarse, sin excepción, de la siguiente manera: un cinco por ciento para el fondo de Reserva Legal hasta completar el veinte por ciento del capital social. Una vez cubierta la reserva legal, este cinco por ciento se destinará a incrementar la Reserva de Banca; de lo restante, un 45% se debe distribuir de la siguiente forma: 40% a jubilación de amas de casa; 40% como aportes a entidades sin fines de lucro, cuya determinación previa corresponderá al Ministerio de Desarrollo Social, la Mujer y la Juventud y 20% para el Sipted. El 45% restante debería destinarse de la siguiente manera: 32% para el Ministerio de Desarrollo Social, la Mujer y la Juventud; 32% para el Ministerio de Educación; 34% para el Ministerio de Salud Pública y 2% para la Dirección de Asuntos Guaraníes.
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