Señora Directora: El viernes 15 asistí a la primera audiencia pública realizada en el Concejo Deliberante de Posadas. Me entusiasmó, porque me impresionó muy bien la corrección en las exposiciones y la claridad de los conceptos, aún aquellos que protestaron, con firmeza y razón, por la situación de explotación que padecen como choferes de taxis, según sus propias palabras.En realidad fue la curiosidad que me llevó allí, ya que tenía otra imagen de lo que era una audiencia pública. No muy edificante, por cierto, sobre todo a partir de lo que leí lo que fueron las otras dos anteriores que se hicieron –y desoyeron– por las tarifas de colectivos. Pero no fue así. Y también entendí por qué algunos sectores políticos las rehúyen: se dicen cosas que no a todos puede gustarles escuchar. Pero esas opiniones son válidas, principalmente si se las plantea con seriedad, respeto y se marca claramente la validez de las ideas que se expresan.Aunque movida por mi curiosidad, pensaba encontrarme con una reunión infinitamente larga y tediosa, fue todo lo contrario. Me solidaricé con varios de los reclamos y me despertó mucho cariño alguna que otra opinión que, en otras circunstancias y medio, se hubiesen hecho en voz alta, con imposición, prepotencia. Pero, por gracia divina, no ocurrió y todo se desarrolló de forma normal.Muy bien diez a sus organizadores. Son válidas. ¡A repetirlas!
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