Pasaron trece años de aquel diagnóstico que dejó, en su momento, inmovilizada no sólo a la periodista Karin Pires, sino también a toda su familia.Reinventarse, apostar a la vida y vivir cada día a pleno fueron parte de un plan perfecto, un estilo que llegó para madurar y entender que de eso se trata estar en esta tierra. Desde hace treces años Karin, que eligió el periodismo por pasión, comenzó a lanzar riendas sueltas en una escritura que tiene de todo: momentos malos, buenos, tristes, o “Incómoda mente feliz” –nombre que llevará el libro y el mismo que usa para el Blog con la extensión.com.En una charla con PRIMERA EDICIÓN, Karin amiga de la tecnología y las redes sociales, no titubeó en abrir su corazón y comenzar a relatar ese modo de reinventarse para no caer, “ahora estoy en mi tercera línea de tratamiento, hace un mes me dieron una nueva droga y recién ahora me está haciendo efecto. Por eso el tema del libro impreso se quedó un poquito más en el cajón, por estos días voy a ir retomando una charla con la imprenta que me lo esta por editar. Lo del Blog es mucho más activo porque desde ese lugar al contar mi experiencia puedo ayudar a otras personas que estén padeciendo lo mismo, o simplemente no se sientan felices o cómodos con la vida que llevan”.Entre risas, recuerdos y esa tos que desde hace dos años es parte de su vida, Karin sostiene que en el periodismo, sobre todo en la escritura que es una veta que siempre le gustó, se convirtió en una manera de ir transitando la enfermedad, en un principio era algo personal y luego tomó estado público como para ir compartiendo experiencias que sirvieran a otras personas.Sanar y calmar la ansiedad“En la escritura encontré una manera de sacarme cosas de adentro, de contestarme preguntas, dudas, fantasmas. Al escribir mi alma va sanando. Empecé a ver que la gente se amargaba; desde mi juicio y desde ese mismo lugar personal, me parecían tan transcendentales y sentía que muchos ven el pelo a la leche. Pero de pronto era un poco verme a mi en un pasado, porque también fui de ese modo, pensaba en el detalle, en que me faltaba cinco para el peso. Me tocó enfrentar con una enfermedad, una enfermedad grande y tuve que darle una vuelta de tuerca a mi modo de vivir”, dijo, agregando que fue un cambio desde la conciencia y ese cambio desde lo perceptivo para saber lo que estaba pasando con su vida.En ese buscar siempre pensó en una vida más amable para ella y su familia, porque recuerda que en ese primer diagnóstico sus seres queridos entraron en pánico, “más que yo, que era la enferma”.El tumor maligno en la pierna fue detectado en 2003, “me costó mucho decir que tenía cáncer, por eso el Blogspot aparece recién cuando yo pude nombrar a la enfermedad como parte de mi vida. Antes decía que tenía un tumor, pero no cáncer. Me llevó mucho tiempo poder darle el nombre real a mi enfermedad”.Ese cáncer se trasladó a los pulmones y desde allí tratamientos de los más variados convivieron en su vida y la de su esposo, gran compañero, Eduardo Quintana que nunca dejó de sostener su mano, y sobre todo sonreírle a la vida. Forman un dúo dinámico, lleno de alegría que contagia y se manifiesta tanto en la familia, amigos y conocidos, como también por esas miles de personas que a diario recorrer virtualmente las vivencias de Karin, quien no siente pudo de mostrarse sin cabello, cambios de look, remedios caseros, viajes por el mundo para la liberar el alma y mensajes cotidianos.“Recién cuando pude decir ‘Ok. Tengo cáncer’, pude comenzar a escribir en primera persona. Por eso en la primera parte del libro podrán leer que todo esta escrito en tercera persona, que no hablo de cáncer sino de tumor y esa maduración mental estará reflejada allí. Son trece años de mi vida”, una vida que se transforma en sube y baja pero que al final solo se trata de valorar los pequeños detalles, amar sin límites y expresarlo, sanar el alma y entender “que el cáncer es una enfermedad que cada uno trae a sus vidas. Por eso llegará el momento que lo pueda despedir, porque llegó para enseñarme cosas, aunque ya se podría ir, ¿no te parece? –dijo entre risas”.Cambiar para ser felizEl día que hizo click sobre el cambio de vida, fue al ver a su madre muy amargada ya que ese diagnóstico de 2003 hablaba de dos años más de vida, “me planteé si tengo dos años de vida no quiero vivir así, es todo al revés lo tengo que hacer. Vivirlos bien y que mi familia lo pase bien, lo más dignamente posible. Así comenzó un trabajo mental y así es como estamos celebrando trece años más de vida después de aquel diagnóstico. Por eso me pongo a pensar que ese cambio mental fue necesario porque pasaron los años”.Las esperanzas siempre estuvieron presentes, pero también el aferrarse a Dios fue fundamental “claro desde la concepción personal que tuve sobre Dios en cada etapa de la enfermedad. Al madurar uno se va desprendiendo de ciertos mandatos sociales que te imponen y que vienen desde el mismo nacimiento. Así es como cada año fue pasando, maduramos todos y soy feliz con lo que tengo”.Incomoda mente feliz invitará a la reflexión, abrir el corazón y sanar el alma no sólo de aquellos enfermos de cáncer, sino del común de la gente que se sienta reflejado en algún momento de ese esperanzador libro vivencial de la periodista obereña Karin Pires.
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