Desde 2003 en adelante, el Gobierno de Misiones redujo la porción del presupuesto anual destinada a salarios para empleados de la administración pública e incrementó significativamente la tajada que se destina a la obra pública. Las consecuencias más notorias fueron dos: la precarización de los trabajadores del Estado, que son los encargados de llevar adelante las políticas estatales (salud, educación, administración, etcétera) y el enriquecimiento de empresarios amigos, obras sobrefacturadas y la aparición de testaferros de los políticos de turno, etc.En el año 2003 el salario de los estatales se llevó el 44 por ciento del total del gasto de la provincia. Ese porcentaje se acerca al promedio que destina la mayoría de las provincias del país para reconocer a sus trabajadores. Sin embargo, Misiones fue cambiando desde aquel momento hasta este año, alejándose del promedio general, hacia abajo.Cada vez menos para salarios, cada vez más para obra pública. Esto a pesar de crear nuevos ministerios, nuevos organismos y tener mucho más personal. Para este año se prevé destinar en salarios solamente 32 por ciento del total que gastará la provincia.De acuerdo al informe elaborado por el equipo de investigación y capacitación de la CTA-A Misiones (con la Ley de Presupuesto como fuente), el 2016 será el año de menor inversión en salarios, al mismo nivel (32%) que los años 2005, 2011, 2012 y 2014. Los mejores tiempos fueron 2003, con 44 por ciento y 2009 con el 40% para salarios (ver recuadro 1).En el 2003 la administración pública de Misiones contaba con un plantel de 27 mil empleados en planta permanente, cifra que vino creciendo año tras año hasta llegar a 47.699 en 2016; pero sin tener en cuenta los miles de contratados con relación, sin relación y monotributistas que viven del paupérrimo sueldo del Estado, pero que no figuran en estos números oficiales.“Nos parece que el Estado ha asignado un rol secundario a los trabajadores estatales. Las políticas públicas se implementan a través de los trabajadores estatales y el hecho que dentro de la ley de presupuesto la porción asignada a pago de trabajadores haya disminuido en 12 puntos porcentuales muestra que hoy los trabajadores estatales tenemos mucho menos importancia”, sostuvo al respecto de este informe el secretario de Previsión de la CTA, Juan “Chito” Pasaman. Se quejó porque los estatales son los que aplican las políticas del Estado y no se los valora, como “el maestro que enseña, la enfermera que te cura, el empleado judicial al que se le exige celeridad en sacar un dictamen, los trabajadores de asuntos agrarios y ecología”, indicó.“Hay que recuperar la porción de presupuesto asignada a salarios. Nosotros desde la Central estamos planteando que no pueden existir dentro de los estados en la provincia de Misiones ningún trabajador que perciba salario por debajo del salario mínimo vital y móvil. Es un convenio de la OIT que no ha firmado Argentina, pero es una ley vigente”, agregó Pasaman.Más para obra públicaEn forma opuesta a la disminución de la porción para salarios, la que se destina a obra pública tuvo un impresionante crecimiento desde el 2003 en adelante. Los datos del informe confeccionado por la CTA, que alcanzan hasta el 2011, describen que la obra pública se llevó 16,7 por ciento del presupuesto en el primer año de la Renovación en el Gobierno y en el 2011, año de la reelección de Maurice Closs, la provincia destinó el 39 por ciento de todo su gasto.Queda claro que la gestión renovadora priorizó beneficiar a los empresarios constructores y empobrecer a los empleados estatales, creando una nueva clase de ricos que pasaron a manejar fortunas de manera casi instantánea.Este año, nuevamente, la obra pública prevé una inversión de casi el 40% del presupuesto. De un total de 33 mil millones, se destinarán casi diez mil millones de pesos, según la ley aprobada el año pasado. Los principales administradores de la obra pública son el Iprodha, Vialidad provincial, Arquitectura y la subsecretaría de Obras Públicas, dependiente del Ministerio de Hacienda.Disparidad entre estatalesEl informe destaca que en 2011 cobraban todos los estatales igual, una suma de 2.300 pesos al ingresar a cada rubro: administración central, policía, salud pública, educación.Algo pasó y en estos últimos cuatro años el equilibrio se rompió. Las fuerzas de seguridad (Policía y Penitenciaría) incrementaron sus ingresos de manera significativa, al punto de llegar en 2014 a 8.600 pesos y en 2015 a doce mil pesos.En cambio las otras áreas quedaron relegadas: en 2014 docentes, enfermeros y empleados públicos llegaron apenas a 3.400 pesos de básico y en 2016 alcanzaron los 6.000 pesos. “El policía es un trabajador más jerarquizado, no está mal, pero planteamos que todos deben ganar igual que el policía, que no sea el Estado el que haga discriminaciones”, señaló Pasaman.“En 2011 cobrábamos todos igual al ingreso, pero hoy la situación de los policías ha mejorado, ahora planteamos que el enfermero, el maestro, el de administración central deberían tener al ingreso el mismo salario que un policía”, agregó.
Discussion about this post