En una ceremonia en el Vaticano, el papa Francisco recibió este viernes el premio Carlomagno por su "mensaje de esperanza y coraje". Al acto en la Sala Regia vaticana asistieron este viernes el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; del Parlamento Europeo, Martin Schulz; el del Consejo Europeo, Donald Tusk; el rey de España, Felipe VI, y la canciller alemana, Angela Merkel, entre otros.También acudieron al acto el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el expresidente español Felipe González.El jurado del premio, fallado el pasado 23 de diciembre, reconoce además los llamamientos del pontífice para que Europa mantenga su compromiso "con la libertad, la paz, la justicia, la democracia y la solidaridad".El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, afirmó durante la entrega del premio Carlomagno al papa Francisco que "Europa está atravesando un periodo difícil y enfrenta la que podría ser una prueba decisiva de su unidad".En su discurso, que comenzó en español y prosiguió en alemán y francés, Schulz recordó la "visión genuina" de Europa de un papa argentino, hijo de inmigrantes italianos.El presidente del Parlamento Europeo dijo que Europa atraviesa una severa crisis de solidaridad y que los egoísmos nacionales están ganando terreno en el continente. Veinticinco años después de la caída del telón de acero, lamentó Schulz, "algunos quieren construir en Europa nuevos muros y vallas de alambre acabando con una de las conquistas europeas, la libertad de circulación".Asimismo recordó que el papa acogió a tres familias musulmanas que se encontraban en la isla griega de Lesbos y cómo hay "gobiernos que no quieren acoger a familias musulmanas", pero aseguró que el rostro de la "Europa humana" está en los voluntarios y en los que asisten a estas personas y que representan "los valores europeos de la justicia, la solidaridad y el respeto de la dignidad humana".El creador del premioEl comerciante textil Kurt Pfeiffer, uno de los primeros alcaldes de la ciudad después de la II Guerra Mundial, tuvo la idea de crear un premio que honrara la unificación europea. Fundó una asociación y logró convencer a muchos ciudadanos de Aquisgrán de que lo apoyaran. Las fuerzas de ocupación británicas no estaban muy de acuerdo con la idea porque Pfeiffer y algunos de sus compañeros de lucha habían sido miembros del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP), el partido nazi. Sin embargo, Pfeiffer demostró que no había nada que temer eligiendo a personalidades ilustres y despertando interés más allá de su ciudad natal.El nombre del premioEl emperador Carlomagno era para los creadores del premio el padre de la unificación de Europa. Carlomagno fundó –a pesar de hacerlo por la fuerza de las armas y con guerras sangrientas, entre otros, contra los sajones paganos– un reino europeo occidental con una administración eficiente. Creó con ello el fundamento de la identidad europea. Aquisgrán era la sede imperial, y esa ciudad está ligada a Carlomagno de diversas maneras. Fue sede de la coronación de los reyes alemanes hasta al siglo XVI. Kurt Pfeiffer eligió bautizar así el premio para construir un puente desde el pasado hacia el futuro.El galardonadoEl Papa Francisco recibirá el Premio Carlomagno por su “autoridad moral sobresaliente, que nos recuerda, a modo de advertencia y al mismo tiempo como mediador, que Europa tiene la tarea y la obligación, sobre la base de los ideales de sus padres fundadores, de hacer realidad la paz, la libertad, el Estado de derecho y la democracia, la solidaridad y la conservación de la creación”. Ese es el argumento del directorio del Premio Carlomagno. Durante su discurso ante el Parlamento Europeo, el Papa Francisco se refirió en tono amonestador al estado de debilidad en el que se encuentra la Unión Europea. Criticó a través de palabras y obras la falta de compasión de la política europea ante la llegada de refugiados. Visitó a los refugiados en Lampedusa en 2013 y, hace poco, en Lesbos. Y se llevó con él a doce de ellos al Vaticano.“El Papa Francisco es alguien que aboga hoy en día por la unidad europea, que pronunció un discurso notable ante el Parlamento Europeo y que les dijo a los europeos que conserven sus valores y no vuelvan a caer en el nacionalismo. Que justamente en la crisis de los refugiados dijo palabras sumamente importantes para Europa. Ese es el motivo por el cual creo que es merecedor del Premio Carlomagno”, dijo Armin Laschet a DW. Laschet, nacido en Aquisgrán, fue eurodiputado y ministro de Integración de Renania del Norte-Westfalia. Pertenece a la CDU y forma parte del directorio del Premio Carlomagno, por lo que participó en la elección del Papa Francisco. Según él, un católico practicante, Francisco podría ser, como primer “Papa de la globalización”, un ejemplo para muchos europeos.“Tengo la impresión de que su forma de obrar va más allá de todas las fronteras confesionales, y que muchos ven en él la autoridad moral que están buscando en este tiempo. Por eso, tengo plena confianza en que el hecho de que reciba el Premio Carlomagno hará que su mensaje vuelva a ocupar el centro de atención”.Fuente: Medios Digitales
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