"De milagro" no ha ocurrido un siniestro vehicular en la rotonda de Tacuarí y avenida Corrientes de Posadas, donde se viene generalizando poco a poco una infracción: los autos que van por Tacuarí y quieren seguir por Corrientes hacia el río, en lugar de rodear la rotonda, “cortan camino” y pasan a contramano. Y así lo hacen conductores de autos particulares, taxis, motos, bicis y lo que es peor: patrulleros y colectivos de línea. Pero justamente por ese pequeño tramo hay autos que vienen en la dirección contraria (transitan por Corrientes y rodean la rotonda para tomar Tacuarí), con lo cual puede producirse un choque en este corto tramo.Dado que está el semáforo, no abundan los siniestros, pero justamente el jueves pasado todo este cruce estuvo con el servicio interrumpido. Entonces la rotonda que ya se venía tornando peligrosa, se tornó mucho más complicada, porque no faltaron los “vivos” que esperaban la ocasión para ir contramano, pese a que por ley y, con más razón ante tanto caos, debían rodear la rotonda.Eso sin mencionar el paso peatonal para quienes intentaban cruzar las avenidas o caminar por el bulevar. Es que dos ojos no alcanzan para ver en todas las direcciones desde las cuales pueden venir los autos.“Está muy feo, van muy rápido y yo tengo que ir sí o sí por la calle, porque la vereda está muy mal”, señaló a PRIMERA EDICIÓN un hombre que empujaba una silla de ruedas llevando a su hija con discapacidad. Debió amañarse para poder llegar hasta la calle Salta. Los autos le pasaban a velocidad. ¿Qué dice la ley?“La normativa de tránsito dice que hay que dar la vuelta a la rotonda”, señaló a PRIMERA EDICIÓN Luis Di Falco, abogado especialista en tránsito. “Por más que no esté el cartel que indica contramano, el vehículo debe girar, seguir ese sentido”, agregó. Es que en la indagación realizada por este Diario con algunos infractores, la respuesta a la pregunta de porqué pasaron contramano fue:?“No está el cartel”. Se refieren al que indica “contramano” y que se ubicaba en la rotonda, visible a los automovilistas que vienen por Tacuarí. Hace ya un tiempo no está el cartel y no fue repuesto. Cabe señalar que desde marzo pasado, PRIMERA EDICIÓN consultó con diversas áreas del Ejecutivo municipal y también indicó la falta del cartel a la Comisión de Transporte del Concejo Deliberante de Posadas. El caso RademacherSe podría pensar que la “confusión” que se presenta en Tacuarí y Corrientes, se podría estar generalizando con el “ejemplo” de otra rotonda: la de avenidas Rademacher y Mitre.Aquí, como Rademacher es una vía de una sola mano, poco a poco la rotonda se dejó de respetar. Entonces cuando da luz verde a los automovilistas que ingresan desde dicha avenida hacia Mitre en dirección a Corrientes (es decir, doblando a la izquierda), pasan sin rodear la rotondita, es decir, en contramano. Tal vez con ese “concepto”, luego se encuentran frente a la rotonda de Corrientes y Tacuarí y replican el modelo, que luego es copiado por los autos que vienen detrás. Y como allí justamente no hay cartel, se presta a la confusión.Pero recordemos que todos los que conducen han pasado por un curso de manejo, es decir que no ignoran las reglas sino que deliberadamente las están violando.Leyes “a medida”Al respecto, Pablo Wright, antropólogo por la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Conicet señala que se ha configurado una cultura de adaptar las señales de tránsito a cada usuario. La ley es objetiva: la rotonda se debe rodear. Pero cada conductor adapta la regla a su conveniencia, y no la respeta porque está apurado, “porque no viene nadie”, etcétera.Si cada uno se maneja así, con estas leyes “adaptadas”, el otro, que lógicamente no puede adivinar, deberá resolver qué hacer sobre la marcha, y todo en una fracción de segundo, lo cual muy probablemente terminará en un choque. Los “vivos” que se consternan Sirva este ejemplo como una pequeña foto de las malas prácticas al volante, que en cada esquina de cada localidad, en cada tramo de las rutas de la provincia, genera un tránsito altamente riesgoso. Cada uno adapta las reglas de tránsito a su parecer incluso al punto de no respetar las manos de las calles o avenidas, las velocidades máximas o el semáforo. Con tantos “vivos”, ya no debería sorprendernos que las cifras de muertos y heridos graves en siniestros de tránsito sigan creciendo.
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