Competía en la categoría de Fitness Coreográfico, y “cuando competí en la Copa Mercosur en 2011 decidí incorporar un cambio en la coreografía normal, siempre basada en realización y destreza, acrobacia y flexibilidad, pero incorporé el teatro, la danza, una parte artística y sumé un argumento”, recuerda María del Rosario Flor. Así dio los primeros pasos de lo que se convertiría en una nueva disciplina. A partir de ahí María del Rosario, sin saberlo estaba creando, pues la atleta pasó a ser artista, la atleta interpretó un papel como en el teatro. “Pensé en Isis, una figura que siempre me interesó, la interpreté, y salgo campeona porque la innovación gustó al jurado”. Claro, la intención fue sorprender a los jueces y lo logró, mostrando algo nuevo, destacando algunas habilidades y simulando otras que no eran tan destacadas. Es lo que ahora la instructora pretende con sus alumnos, formar “atletas creativos, con conocimiento, con bases y fundamentos”, además de complementar las pesas y los aparatos que se necesitan para formar físicamente al atleta, también se formarán para crear, representar y luego poder ser primeros siendo creativos. María del Rosario reconoce que ella aprendió de grande, y tenía que lograr ser campeona destacando su habilidad sin que se note que tenía una carencia. En la Nueva Fitness Cultural el objetivo es “inculcar y preparar a jueces para poder evaluar en forma objetiva a las atletas. No se puede evaluar mezclando grupos y esto también es parte de mi creación que patenté”. Sus iniciosLa atleta comenzó a hacer pesas cuando tenía 22 años. Asistió al gimnasio a modo de terapia, pues había fallecido su papá y para canalizar el dolor aceptó la invitación de una amiga. “Probé y me gustó, tanto que me di cuenta que era mi pasión. A los seis meses ya competí y salí tercera…”. Mientras estudiaba su carrera de psicología, María del Rosario seguía entrenando, y es así que actualmente, formando para esta nueva disciplina, es que puede volcar también sus conocimientos en sus alumnos.Ella está convencida que un atleta además de pesas y mucho entrenamiento “necesita el apoyo de alguien que lo sepa guiar en todo, en crear hábitos saludables, en conocer sobre la alimentación y en poder salir adelante de cualquier situación. Yo los conflictos los enfrento con una mirada positiva, con pasión y con el estímulo que nos renueva y nos levanta la autoestima”. Si bien la instructora formará en una disciplina competitiva, la idea de mejorar y ayudar en la calidad de vida de las personas es la que más la motiva. Pues ella superó su dolor a través de constancia, dedicación, y pasión; y es lo que pretende transmitir a través de sus enseñanzas. Destacó el apoyo de su esposo, Eduardo Bañay quien “es mi compañero y entrenador, es quien me apoya y está conmigo en esta apuesta, en esta nueva prueba que “estoy decidida a conquistar”.Por Rosanna [email protected]
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