Vilma Pintos nació en Chaco, en el seno de una familia de campo, durante 1952. La vocación de ser enfermera nació por su papá, quien fue enfermero y le inculcó los principales valores que marcaron su vida y su profesión, "Mis padres fueron para nosotros el ejemplo de trabajo, justicia, buenos valores; pero por sobre todo nos enseñaron a mi y mis hermanos el amor hacia todo los seres vivientes, la bondad, el valor de la palabra como emblema de verdad; honor y justicia caracterizaron al apellido de nuestra familia. Así también el respeto a todas las personas sin importar rango, estudios o condición social”. La profesional recalca los valores de su padre los cuales le llevaron abrazar la profesión, entre ellos: su necesidad de superarse y el amor al prójimo. "Siempre me ocupé con amor de mis pacientes, no es suficiente solo el conocimiento, también es importante tener bondad”, comentó la enfermera.La enfermería es una labor en la que constantemente las emociones y el temple son puestos a prueba. Para estos profesionales, una sonrisa, un gracias o simplemente una mirada son el aliciente de la labor cumplida a su extenuante jornada laboral. “En Salud Pública me inicié en el centro de salud 19 de la Zona Oeste, Villa Cabello, donde me desempeñé mucho tiempo para pasar posteriormente al Hospital Oeste -actual Dr. René Favaloro-, después pasé a Cirugía General del Hospital Madariaga y tuve la jefatura del Servicio”, dijo la profesional.La enfermera con 40 años de trayectoria brindó sus servicios en terapia intensiva, en el área de obstetricia ginecóloga en la maternidad del hospital Madariaga, en unidad coronaria y además durante 5 años estuvo a cargo de la Guardia de Emergencia del Madariaga, también desempeñó la docencia e investigación. “El camino que elegí me permitió dar y recibir amor, pero sobre todo la alegría de dar, de curar, de ayudar a mejorar y cuidar la vida que es el regalo más hermoso junto con el amor que recibimos de Dios, me inicié en la Escuela de Enfermería en donde aprobé todas las materias de primero y segundo año”.Regreso a su vocación Vilma abandonó su carrera y la retomó 20 años más tarde como enfermera universitaria en la Universidad Nacional de Misiones. Pintos participó de un intercambio ”Inter-Campus" en España Cantabria “estuve en todos los centros sanitarios con representantes de Latino América y en los últimos 3 años de mi carrera trabajé en facturación y auditorías de las Historias Clínicas del Área de Enfermería, en Resonancia, Capacitación Permanente, de lo que me siento orgullosa y lo más importante de mi carrera es de mi trabajo y la participación con el equipo del Programa Hospitalario de Prevención Cardiovascular del Hospital Dr. René Favaloro de Villa Cabello”.Con alfombra roja“A mis 40 años de servicios me siento orgullosa y honrada por mi elección de vida porque mi profesión es eso para mí: mi vida, que está llena de alegrías, de recuerdos, pero sobre todo de amor. Porque a lo largo de mi historial laboral soy querida y reconocida y no dejo de recibir halagos y muestras de afectos por parte de mis compañeros”. Al jubilarse, sus colegas y directivos del hospital René Favaloro le hicieron un emotivo acto de despedida: le pusieron una alfombra roja para que entrara como una reina y además le regalaron un anillo como símbolo de compromiso para seguir colaborando en lo que ellos necesiten. "El premio y el honor más grande que me llevé de mis compañeros es que en mi despedida me hicieron sentir como una heroína, y el otro gran premio que atesoro es el cariño y agradecimiento de los pacientes por haberlos curado”, afirmó. “Lo más sencillo es lo más importante y simple como la vida, es un milagro pero tenemos que merecerla, que honrarla. Ya soy abuela con cinco hijos, cuatro nietos; mi familia, mi trabajo que más que un trabajo es mi pasión, y misión de amor en la vida. Estas dos cosas marcaron mi historia con orgullo y satisfacción, estoy contenta con el camino recorrido y el mensaje que quiero dejar es que los sueños se cumplen, yo hice realidad el mío. Ama a todos por igual, ríe, sé feliz, derrama bondad a lo que quieras y ¡feliz día a todos los enfermeros!”, concluyó la enfermera.
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