José Serra asume la Cancillería con planes de dar un golpe de timón de 180 grados a la política exterior de Brasil y desquitarse por fin de Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva, quienes por medio de las urnas le cerraron las puertas de la Presidencia dos veces.Se trata del veterano senador con fama de antipático, que entre sus antecedentes que atañen a Paraguay se encuentran sus supuestos dichos contra el presidente Horacio Cartes en el 2015 y anteriormente la "humillación" al Paraguay al referirse al tratado de la Itaipú Binacional. En el 2010, legisladores paraguayos consideraron humillantes las declaraciones de Serra, quien entonces dijo que Luiz Inácio Lula da Silva hacía "filantropía" con Paraguay al firmar el acuerdo con el entonces presidente Fernando Lugo, para un aumento de pagó por la cesión de energía de Itaipú al Brasil. Ya en el año 2015, el senador por el del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), se despachó contra el propio mandatario paraguayo. Según un reporte de la Agencia Brasil 247, Serra trató de contrabandista a Horacio Cartes, en un discurso en el que se refirió a los efectos tributarios y sobre el delito que tiene el ingreso ilegal de bienes a Brasil, según reportó Veja. Serra apuntó que el presidente paraguayo es dueño de Tabesa, la mayor empresa de tabaco del país y supuestamente responsable por el 50 por ciento del contrabando de cigarrillos a Brasil. En aquel reporte, citaban además una encuesta encargada por la tabacalera brasileña Souza Cruz y divulgada por Veja, Eight, marca cuyos cigarrillos ingresan desde Paraguay, es la cuarta más vendida en el mercado brasileño. Al conocerse el nuevo cargo de Serra, los medios internacionales apuntan a Serra como férreo opositor al bloque "bolivariano" con el que tejieron lazos Lula y Rousseff y un firme partidario de que Brasil suelte amarras del Mercosur. A continuación, la agencia EFE resume el perfil del nuevo canciller designado por Michel Temer, presidente interino de Brasil, que asumió ests jueves tras la apertura del juicio político contra Dilma Rousseff, quien fue separada del cargo. Serra asegura que los golpes de Estado de 1964 en Brasil y de 1973 en Chile, que vivió en primera persona, le grabaron con fuego una intransigente defensa de los derechos humanos por la que hoy, sin ambages, se refiere a Venezuela como una "dictadura". A sus 74 años, es uno de los principales líderes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la mayor fuerza de centroderecha del país, y siempre fue muy crítico con la política externa de Lula y Rousseff, que ahora tendrá oportunidad de cambiar como jefe de la diplomacia. Durante la campaña presidencial de 2010 acusó a la Bolivia de Evo Morales de ser connivente con el narcotráfico y el año pasado usó la tribuna del Senado para pedir que Brasil salga del Mercosur, un bloque que calificó como un "delirio megalomaníaco". El analista José Mathias-Pereira, de la Universidad de Brasilia (UNB), dijo a Efe que, con Serra, la relación de Brasil con el mundo "va a cambiar de forma radical" y volverá a acercarse a "socios tradicionales" como Estados Unidos y Europa, dejando de lado el eje Sur-Sur. Nacido el 19 de marzo de 1942 en Sao Paulo en el seno de una familia de inmigrantes italianos, entró en la política a través del movimiento estudiantil y llegó a la presidencia de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), una activa organización de izquierdas, un año antes del golpe de Estado de 1964. El mismo día del golpe, los militares incendiaron y redujeron a cenizas la sede de la UNE de Río de Janeiro y el joven Serra se refugió en la embajada de Bolivia durante cuatro meses, antes de tomar el camino del exilio. Al poco retornó de forma clandestina a Brasil, pero tras la detención de unos amigos volvió a poner los pies en polvorosa, camino a Chile, donde se graduó en economía y formó parte del grupo de asesores de Salvador Allende cuando este fue derrocado. Un mes después del golpe de 1973 fue detenido y llevado al Estadio Nacional de Santiago, que en los primeros meses de la dictadura de Augusto Pinochet fue utilizado como centro de prisioneros y de tortura, aunque fue puesto en libertad al día siguiente gracias a la gestión de unos amigos. Chile, para Serra, es una segunda patria. Allí conoció a Mónica Allende, que era bailarina del Ballet Nacional, con la que se casó y tuvo dos hijos y con la que emprendió de nuevo el exilio, esta vez en Estados Unidos, donde hizo una maestría y un doctorado en economía. Retornó a Brasil en 1978 cuando la dictadura se acercaba a su fin y volvió a la política al lado de Fernando Henrique Cardoso, a quien conoció en el exilio y con el que fundó el PSDB, partido con el que ha ocupado cargos públicos de todos los rangos posibles. De la mano de Cardoso, ocupó entre 1995 y 1996 el Ministerio de Planificación y el de Salud entre 1998 y 2002, donde desarrolló un programa contra el sida considerado por la ONU modélico en el mundo y cuyo éxito le dio crédito suficiente para presentarse a las elecciones presidenciales de 2002, en las que fracasó ante Lula. Luego fue alcalde y gobernador de Sao Paulo, donde fraguó fama de político honrado y administrador eficiente, aunque eso no fue suficiente para convencer a los brasileños en 2010, cuando prefirieron llevar a la Presidencia a Rousseff antes que a él.Fuente: Medios Digitales
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