Para nueve de cada diez niños, los adultos vulneran su derecho a ser escuchados

Más de 700 niños de distintas escuelas de Misiones se dieron cita ayer a las 15.30 en la avenida costanera para participar en la Primera Marcha Aeróbica Provincial “Por los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes”.  El entusiasmo característico de los chicos colmó ayer la zona de El Brete, punto de encuentro de esta marcha aeróbica organizada por la Defensoría de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, dependiente de la Vicegobernación y la Multilateral de Políticas Sociales y Desarrollo Interior y el Centro de Educación Física 2. Los chicos se constituyeron ayer en promotores de sus propios derechos y, en el Mes del Niño, mostraron que no sólo tienen derecho a ser agasajados en su día, sino que también tienen derecho a vivir sin que nadie los ponga en peligro, a jugar, a ir a la escuela, a no trabajar, a ser cuidados y protegidos, a ser queridos y tratados con amor, a que sus opiniones sean escuchadas, a ser alimentados, a tener un nombre y apellido, una nacionalidad y conocer sus orígenes. “El 95% pide ser escuchado”En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el defensor de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, Miguel Molina, señaló que según una encuesta realizada por ese organismo, el 95% de los niños consultados considera que el derecho más vulnerado es el de ser escuchados. “Los chicos reclaman que los adultos los escuchen. Piden diálogo con los padres, con los docentes, diálogo con las instituciones. Tenemos que comenzar, como sociedad, a respetar a nuestros niños”, reflexionó Molina. El defensor de los niños advirtió además la necesidad de “plantearnos seriamente que los niños son sujetos de derecho, no son propiedad de nadie”. Molina interpeló además a los jueces que tienen que resolver sobre la situación de los niños, “hay un tiempo prudencial para resolver los expedientes de los niños que esperan para ser adoptados”.  La actividad de ayer se convirtió además en una grata experiencia para compartir con amigos y la familia. De hecho, este fue uno de los objetivos que se propusieron los organizadores de la marcha, “quisimos generar este espacio de promoción real de los derechos de la infancia y el fortalecimiento de los vínculos familiares, sociales y comunitarios a través de la participación en experiencias compartidas”.