Un adolescente de 17 años, en situación de calle, con discapacidad mental o retraso madurativo, fue víctima de una brutal golpiza durante la madrugada del sábado a orillas del río Paraná en Montecarlo.De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, el menor debió ser trasladado al hospital Samic de Eldorado tras ser asistido por efectivos de Gendarmería Nacional, esto ocurrió a las 5 de la mañana aproximadamente.La víctima relató que fue masacrado a golpes de puño y varas o varillas que tres policías de la localidad utilizaron tras detenerlo sin motivo aparente en una plaza y llevarlo hasta el río donde le provocaron las severas lesiones en la espalda, glúteos y piernas.Un integrante de Gendarmería fue alertado de lo sucedido y asistió al joven llevándolo al hospital local, pero ante la gravedad del cuadro fue derivado a Eldorado donde el médico policial de turno certificó “traumatismo contuso en la región costal, hemitórax anterior izquierdo y ambos glúteos, múltiples hematomas longitudinales en sección dorsal (espalda) compatibles con lesiones causadas por vara”.El mismo parte aseguraba que el menor no estaba alcoholizado y que necesitaría al menos quince días de curaciones. El juez de Instrucción 1 de Eldorado, Roberto Horacio Saldaña, se avocó a la causa y entre las primeras medidas tomadas, tras la toma de declaración a la víctima, ordenó el secuestro y colocación de fajas en el patrullero en el que fue privado de su libertad el joven y llevado hasta el Paraná para el brutal ataque a golpes.Informados de lo sucedido, desde la Jefatura de Policía se dispuso el apartamiento de sus funciones de toda la guardia y jefes de la comisaría de Montecarlo, dependiente de la Unidad Regional III, para que la Justicia intervenga y tome las medidas necesarias, adelantaron voceros de la fuerza de seguridad.Se pudo establecer que el adolescente se encontraba tomando mate y charlando con amigos frente al hospital de Montecarlo, y que allí fue abordado por los policías que lo habrían confundido con un ladrón de casas.Pero la irregularidad es aún mayor, ya que siguiendo esta versión, tampoco merecía ser conducido al río y haberlo golpeado. Hasta el momento, son tres los uniformados investigados, que podrían quedar detenidos en las próximas horas por orden del juez Saldaña.Presunta confusiónEntre los trascendidos que circularon ayer en torno a la golpiza, los uniformados habrían deslizado que se “confundieron” se delincuente y detuvieron al muchacho discapacitado en lugar de atrapar a su hermano, quien tendría antecedentes por delitos contra la propiedad, y víctimas de ello lo había descripto pocas horas antes como protagonista de un robo.Pero no sólo el menor sufrió el injustificado ataque de los agentes policiales, también trascendió que no tiene hogar y que vive en situación de calle o indigencia, pidiendo limosnas y sin conocérsele incidente alguno reñido con la legalidad.Medidas Desde la Policía, a primera hora de la mañana de ayer se tomaron las primeras medidas.El subjefe José Mazur viajó hasta Eldorado y Montecarlo para informarse de lo sucedido y poner a disposición del juez Saldaña los elementos y efectivos que requiera para aclarar lo sucedido y avanzar en las respectivas acusaciones.También ordenó el desplazamiento de todos los jefes de la comisaría involucrada y anoche puso en funciones al nuevo comisario, Enrique Camargo.Hasta el momento, se investigan a los uniformados de la guardia calle del viernes y sábado de la seccional de Montecarlo, por el delito de “lesiones” y “mal desempeño de funcionario público”.PUNTO DE VISTANo aprendieron del caso GuirulaPor Marcelo Galeano. De la Redacción de Primera Edición Carlos Guirula fue víctima de la brutalidad policial y pagó con su vida el exceso de aquellos que, pese a los 33 años que pasaron desde la reinstauración de la democracia, no entienden que los tiempos de la “Policía Brava” quedaron en el pasado; que el accionar policial debe ceñirse indefectiblemente a los dictados de la ley. Cada uniformado tiene la obligación y debe defender las garantías individuales y colectivas.El albañil, de 33 años, terminó con nueve costillas quebradas, con traumatismo de cráneo y el pecho hundido.Brutal, no hay otra calificación para describir semejante martirio. El hecho fue paradigmático; marcó un antes y un después en el historial de apremios y torturas de la fuerza de seguridad provincial.Guirula no murió en vano; es necesario creer en ello para reivindicar el “Nunca más”; y en este punto es crucial la Justicia; que haya justicia y nada quede impune. Si lo de Montecarlo es cierto; entonces es evidente que no todos los policías aprendieron del caso Guirula.
Discussion about this post