En los últimos tiempos, con una Justicia nacional más abierta a investigar casos de irregularidades y de corrupción, ha despertado en los ciudadanos de las provincias el reclamo de un poder judicial más independiente, capaz de actuar con la misma celeridad y voluntad en las causas que involucran sospechas de connivencia dentro y fuera de los juzgados.Esta vez, fue el intendente de Jardín América, Oscar Kornoski, quien llevó al Jurado de Enjuiciamiento al magistrado Éctor Acosta de Puerto Rico, bajo la sospecha de cambiar las carátulas de algunas causas en supuestos acuerdos con abogados del foro con el fin de liberar delincuentes.El alcalde se jugó públicamente en el acto del aniversario de la localidad y delante de altos funcionarios de la provincia, se animó a destacar el papel de la Policía local, de la que dijo que actúa pero se encuentra con el mencionado magistrado que terminaría liberando a los delincuentes.Kornoski es el único renovador que ha salido a denunciar hechos de estas características que ahora deberá investigar el Superior Tribunal de Justicia no sólo mediante el sumario interno, sino porque su presidente Froilán Zarza está al frente del Jurado que definirá si se aboca a la denuncia del intendente o la archiva.Desde la sociedad civil, fueron varias las figuras que se animaron a poner la cara para denunciar el accionar de ciertos magistrados. Pero es el misionero trabajador, ama de casa, desocupado, estudiante el que observa (pasivamente) a los más altos integrantes de la Justicia misionera mirar para otro costado cuando los hechos de corrupción salen a la luz por diferentes medios. Situación que abona a la desconfianza hacia ese importante poder del Estado.Así como mucha gente cuestiona y critica a la clase política por su proceder, ahora la mirada está puesta en la Justicia. Un espacio de poder cubierto por ciudadanos que pueden cometer errores una vez. Pero no en el mayor porcentaje de sus acciones y generando castigos a inocentes y salvaguarda a delincuentes.Si existiera la verdadera división de poderes, habría fuertes chances de que la Justicia pusiera en investigación a la misma Justicia, en una especie de auditoría interna. Cosa que no ocurrió salvo por alguna denuncia esporádica de algún letrado o perjudicado por fallos y medidas de jueces que no se ajustan a derecho y resuelven según la cara del cliente.
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