“Alivio y emoción” son las palabras que eligió el responsable del Centro Único Coordinador de Ablación e Implantes de Misiones (Cucaimis), Richard Malán, para describir su sentir tras el trabajo que el centro llevó a cabo el jueves pasado, cuando <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/220665/se-concreto-con-exito-una-ablacion-multiple-en-el-samic-de-obera.html">el Samic Oberá fue testigo de una ablación múltiple</a>, que permitió el implante del hígado, en el Hospital Italiano de La Plata, el páncreas y el riñón derecho en el Hospital Privado de Córdoba, el riñón izquierdo en otro nosocomio del país, mientras ambas córneas están en estudio para su posterior implante. Un trabajo que requirió mucha logística y equipos de todo el país trabajando.Luego de un operativo “se siente un alivio tremendo y emoción, sigue emocionando muchísimo, sino no lo haría, porque es un sacrificio tremendo, me emociona muchísimo cada vez que logramos culminar un proceso de donación y que la gente logre trasplantarse”, describió el médico.Y agregó que “conozco a pocos de los que se trasplantan, eso también es lo que impacta, trabajar para un ser anónimo, con el que no tengo relación prácticamente, que después seguramente me lo cruzo. Emociona hacer el bien sin mirar a quién y por eso para los que estamos en el grupo es muy reconfortante terminar un proceso de donación”.“Además todo el personal del hospital, del Cucaimis, la secretaría, se mueve mucha gente cada vez que hay un donante y eso hay que hacerlo notar, porque es muy importante y tira por tierra la posibilidad de un trasplante clandestino, todo lo que pueda haber de mitos en la sociedad, es imposible que exista un trasplante bien hecho en forma clandestina por todo lo que significan la donación y el trasplante, la movilización de gente y recursos”, subrayó Malán.“El Cucaimis y todos los organismos jurisdiccionales de las 24 provincias están constituidos por médicos, enfermeros y administrativos, que estamos siempre alertas a un llamado y cada vez que se desencadena todos participamos en algún aspecto, desde hacer estudios, ir a un juez, si es una muerte traumática, coordinar con el Incucai la llegada de los equipos, que haya un cirujano, se organiza con todos los recursos propios del Cucaimis y los recursos sanitarios que hay en la provincia. Hay mucha participación y estamos siempre alertas y bien dispuestos, no importa la hora, el día, nos tocó trabajar feriados, Navidad, Año Nuevo, estamos siempre ahí, al pie del cañón”, aseguró el responsable del Cucaimis.Más conciencia, más autocríticaMalán también explicó que se logró la concientización de la población en lo que respecta a la donación, puesto que “la sociedad siempre está a un paso de nosotros, las personas en sí mismas son solidarias, si uno hace una encuesta encuentra que el 80% de las personas ven algo positivo en la donación y trasplante de órganos”.E hizo hincapié en que “nosotros tenemos que tratar de hacer bien las cosas dentro de los hospitales y sanatorios, cada vez que fallece alguien comunicar, en este caso al Cucaimis, para que los fallecidos puedan ser donantes, pasa muchas veces que la gente fallece y no nos enteramos y eso hace que mucha gente que en vida era donante no pueda serlo, simplemente por una actitud de la gente que trabaja en el sistema sanitario público y privado, si cada médico que firma un certificado de defunción por lo menos lo pensara, no tendríamos, por ejemplo, lista de espera de córneas, entonces la autocrítica es hacia el sistema sanitario, cada fallecido tiene que ser valorado, hay que pensar si algo que puede donar puede ayudar a otra persona”.Y aclaró que las “personas que esperan por un órgano o tejido, la mayoría riñón y le sigue córneas, en su mayoría no la pasan bien, cuando uno habla fríamente de lista de espera no es una lista alegre, es una lista de gente que no la está pasando bien, que su salud está comprometida y que muchas veces tiene riesgo de vida, entonces, tenemos que pensar que hacer que la gente se trasplante es lograr que esa persona no sufra o muera esperando”.“Quien hace procuración de órganos tiene a la lista de espera como a sus pacientes que esperan por uno, esa es la motivación que nosotros tenemos, el decir ‘bueno, resolvimos la vida de alguien, vamos por el siguiente’ y estamos siempre en esa posición”, dijo para finalizar Richard Malán.
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