Tras el revuelo que generó la foto en la que pudo apreciarse al exfuncionario kirchnerista Emilio Pérsico ubicado cerca del presidente Mauricio Macri en un acto político, el Movimiento Evita acentúa sus diferencias con La Cámpora y el ala más dura del cristinismo.En la imagen, el dirigente social y secretario general del Movimiento Evita aparecía situado al costado de la tarima desde donde Macri anunció la reanudación de obras en Almirante Brown que habían quedado interrumpidas desde la gestión anterior.Para reanudar esas obras el Gobierno llegó a un acuerdo con la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, la organización apadrinada por el Movimiento Evita que representa a los trabajadores informales.Esa presencia de Pérsico junto a Macri, por más institucional que haya sido (el jefe del Movimiento Evita acudió en su calidad de representante de la CTEP) es interpretada desde los códigos de la ortodoxia kirchnerista como una capitulación ante el “proyecto conservador”.“Le aconsejo fraternalmente a Pérsico no sacrificar la política en aras del aparato”, escribió en Twitter hace unos días otro dirigente social ultrakirchnerista, el líder de Miles, Luis D’Elía.Sin embargo, dirigentes de la agrupación, descendiente del movimiento piquetero de los años 90 y principios de los 2000, esgrimen que la principal responsabilidad que tiene el movimiento social es con los trabajadores que hoy tienen necesidades de ser incluidos, por encima de las necesidades políticas de las dirigencias del kirchnerismo.Pérsico aclaró que los militantes del Evita son “muy opositores” a Macri, pero admitió que “hay diálogo”. Fuente: Noticias Argentinas
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