Los precios de los combustibles con los cuatro aumentos que han tenido en lo que va de 2016, vienen generando no sólo malestar y preocupación por los porcentajes en que se incrementaron; sino también dudas por la inexplicable discriminación en los costos de venta al público entre Misiones y Buenos Aires.Basta con poner el ejemplo del precio del litro de nafta súper de la petrolera estatal YPF en la capital argentina y en la tierra colorada: $17,08 y $19,70 respectivamente. Son casi tres pesos más de diferencia en contra de los clientes misioneros.Al momento de preguntarse por qué semejante margen de “castigo”, aparecen diversas versiones que van desde el valor del Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (que ahora se pide a la Nación que haya una rebaja); junto a los tributos provinciales; y para otros el problemas son los costos no solo impositivos sino también los servicios como la luz y el agua con los últimos impuestazos. Más allá de las cuestiones técnicas, los automovilistas de Misiones se preguntan ¿quién se queda con la diferencia de miles de pesos en los millones de litros que se venden en la provincia?Las autoridades locales, hacen mucho hincapié en las distancias y el costo de los fletes del combustible entre una zona y la otra. Sin embargo, no alcanza a un peso por litro el traslado desde Buenos Aires a Misiones. Aún así, quedan dos pesos por litro que nadie explica dónde quedan, en manos de quién y con qué destino.Es tiempo de preguntar por qué se castiga a los clientes misioneros, por qué Misiones debe tener un combustible más caro y, en especial, si es la Dirección General de Rentas la que se queda con esa diferencia.
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