Como les contaba la semana pasada, el encuentro con el sanador francés radicado en México, Rene Mey, que se llevó a cabo en Corrientes capital, dejó mucho para aprender y es lo que continuamos contando semana a semana. Recuerdan que la llegada se retrasó seis horas, pero durante todo ese tiempo, las personas que iban llegando al polideportivo podían recibir la Terapia de Regeneración Celular. Decenas de voluntarios, con una sonrisa y mucho amor, daban los golpecitos en las zonas que específicamente enseña Rene Mey.Esa terapia se puede aprender en nuestro país cada vez que en la página de Facebook anuncian la apertura de un curso. No es gratuito porque quienes organizan el encuentro deben cubrir gastos, pero una vez que se aprende no está permitido cobrar para dar la terapia. Es una forma de sanar físicamente a modo voluntario y recomiendan visitar asilos y hospitales, incluso pueden darlo en sus casas con la condición de que sea gratuito. ¿Qué es esta terapia?Es una técnica que los Seres de Luz enseñaron a Rene Mey para ayudar a las personas a estimular su sistema nervioso.Se realiza a través de pequeños toques en la columna vertebral. Rene explica que nuestras células nacen sanas, perfectas; pero que debido al estrés en el que vivimos y a la falta de amor se van degenerando y mueren. Esto provoca enfermedades, depresión, y otras tantas dolencias y afecciones. La base de la terapia es la Intención de Ayudar al otro, y a través de suaves toques transmitir la emoción del amor, por lo tanto, al recibir la terapia se logra la regeneración de las células y una gran mejoría en la salud de la personas.Según contó el propio transmisor de la terapia y también lo hizo su esposa Juliette, quien dijo que una voluntaria “al darle a un niño la terapia, al menos unas tres veces, para la cuarta ya estaba mejorando. Estaba tan entusiasmada que no lo podía creer”. Es lo que asegura la mayoría de los voluntarios, y mucho se debe a ese “dar Amor” que tanto pregona el sanador. Para quienes creen en él, que a nosotros nos pareció una persona llena de amor y sinceridad, saben que él nació vidente y tuvo muchos problemas por ese motivo porque nadie o muy pocos lo entendían. A medida que pasaban los años, Rene se dio cuenta de que también podía sanar a personas que estaban enfermas, y sin embargo no se lo toma como de su exclusividad, pues a todos nos dijo que “nacemos todos con el don de sanar, sólo tenemos que transmitir el amor y a través nuestras se logra. Lo que pasa es que no todos buscan querer hacerlo”, pero incluso da fe de cómo los voluntarios ya están sanando con sus manos. Parece muy loco, pero como me dijo una vez el sacerdote y ex obispo Víctor Arendhardt, y es que “quien desea hacer el bien está bien que lo haga, a nadie se le puede impedir eso. Si sus actos tienen un buen fin y una finalidad de amor, entonces está bien”. Y es lo que plantea Rene para caminar hacia una Nueva Humanidad, más cariñosa, sensible y sanadora, gracias al amor que todos tenemos dentro nuestro. (por. R.T)El hombre sanador y los pedidos que llevóEste es el momento más emotivo del encuentro. Es cuando apenas algunos se pueden “robar” unas fotos como fue este caso que la rescaté del muro de Facebook que se llama precisamente Rene Mey en Corrientes, por si desean verlo. Bueno, el propio Rene pidió que no saquen fotos, que no hablen y que mantengan los celulares apagados o en silencio, pues nada tiene que interferir en ese momento de mayor concentración, no solamente del sanador sino de cada persona. Cada uno espera de pié cuando llega a tu fila de asientos, detrás tenés a un voluntario para sostenerte y en tu mano derecha sostener el papel donde escribimos todos nuestra peticiones. Yo creo que no me olvidé de nadie, pues mi papel tenía dos carillas completas en las que pedí por las personas que conozco y están enfermas y por cada una de las personas que forman parte de mi vida. No lo ves llegar a Rene porque también esperamos con los ojos cerrados y solo lo sentimos cuando él apoya su mano derecha sobre tu corazón y sentís su respiración. En ese momento cada uno siente diferente, en mi caso fue entrega, caer sentada sobre la silla y luego una energía de calor por todo el cuerpo. La paz llega en los segundos restantes y poco a poco podés recuperar tu estado natural. Esa sanación es gratuita y seguirá actuando durante tres meses. Texto y Fotos: Rosanna Toraglio
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