¿Cómo influye la falta de infraestructura de transporte y logística?Los costos de transporte inciden fuertemente sobre los costos de las economías regionales en un país en el que el 80% de la carga general se realiza por camión. Aumentar la participación del tren (que en países desarrollados llega al 50%) y de las hidrovías (que resultan en un flete aún menor que el ferroviario) en nuestra matriz de transporte mejoraría la competitividad sistémica del país, “acortando” las distancias internas y acercando las producciones regionales al mundo a mejores precios. Mantener una política de largo plazo, independientemente de los vaivenes de la política, que cumpla definitivamente con un plan de inversiones en rutas, vías y puertos que incorpore armoniosamente en lugar de antagónicamente a cada modo de transporte (camión, tren, hidrovía) en su tramo de mayor eficiencia resulta fundamental.¿La estructura impositiva y el acceso al financiamiento son adecuados?Muchos de nuestros competidores no han tenido que afrontar la carga fiscal nacional, provincial y municipal creciente de los últimos años. Las consecuencias sobre la competitividad son obvias, pero agrava el cuadro la presencia de muchos tributos distorsivos e ineficiencias del sistema impositivo que van acumulando costos a lo largo de los eslabones de las cadenas de valor (Ingresos Brutos, Impuesto al Cheque, atraso en reintegros a exportaciones, etc.), erosionando aún más nuestras ventajas comparativas y consiguiendo que en muchos casos terminemos exportando impuestos. Urge revisar la estructura tributaria otorgándole un sesgo pro producción. Tampoco contribuye el escaso acceso al crédito de la inmensa mayoría de las regiones en donde las producciones regionales se desempeñan, con ratios de préstamos sobre PBI de tan sólo el 6%. Es necesario aumentar la penetración del sistema financiero y desarrollar un mercado de capitales que permita financiar las actividades productivas en cantidades, tasas y plazos más convenientes.¿Tenemos una oferta exportable diversificada? ¿Hacemos suficiente inteligencia comercial?En el caso de muchas producciones regionales presentamos escasa diversificación de mercados y productos, que nos hacen más susceptibles a los ciclos económicos y políticos de nuestros compradores. Además debemos recuperar mercados perdidos por cerrarnos al mundo. Una mayor inteligencia comercial, apoyada en instituciones público privadas que realicen investigaciones de mercado que orienten a los productores sobre qué y a quién podemos vender, anticipando tendencias y apoyando gestiones comerciales puede ser de gran utilidad como lo demuestran experiencias exitosas en países como Australia y Canadá.
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