Luego de seis meses de gestión, el Gobierno nacional ejecuta algunos cambios en política educativa que buscarán corregir la inequidad y las grandes falencias en calidad. Hasta el momento, se anunciaron dos líneas de acción: la evaluación del sistema para disponer de información necesaria y un replanteo sobre el uso y destino del presupuesto educativo. En una extensa entrevista con PRIMERA EDICIÓN, el secretario de Gestión Educativa de la Nación, Max Gulmanelli, habló sobre los desafíos pendientes, como la implementación de la jornada extendida, que tratarán de cumplirlos sin aumentar la actual asignación presupuestaria del sector, “el 6% del Producto Bruto Interno (PBI) es una disponibilidad de recursos muy significativa pero los resultados que estamos obteniendo con ese 6% nos dejan asignaturas pendientes muy importantes. Los datos hablan por sí solos, la mitad de los chicos en nuestros país no terminan la secundaria y a 200 años de la gesta de la independencia, es imposible pensar hoy en ser libres e independientes sin acceder a una educación de calidad. La falta de educación es sinónimo de exclusión social y de no independencia”, aseguró. Recursos para la escuela El principal obstáculo para la implementación de la jornada extendida es que no llegan a destino los recursos necesarios (primero para adecuar la insfraestructura escolar y luego para que los alumnos accedan a un desayuno y almuerzo porque ambas comidas están dentro de este horario extendido). Sobre esta cuestión, Gulmanelli admitió que “no hay política pública sin asignación presupuestaria. Pero también es cierto que nuestro país tiene hoy una disponibilidad de recursos muy importante y el desafío es poder ordenarlos hacia la escuela”. Señaló que la jornada extendida es un viejo mandato de la Ley Nacional de Educación. “Es todavía una asignatura pendiente porque menos del 10% de las escuelas de nuestro país tienen jornada extendida (en el caso de Misiones, el 14% de los alumnos de quinto, sexto y séptimo), cuando la meta para 2010 era llegar al 30%”, señaló. Ley de Financiamiento Educativo El funcionario nacional opinó que la Ley de Financiamiento Educativo “es un logro que hay que sostener”. Vale recordar que la ley está vencida y hay que volver a discutirla. “La ley es un gran punto de partida, pero tenemos que preguntarnos qué hacemos con los recursos, uno puede invertir mucho dinero en educación y no conseguir buenos resultados. Arrancamos de un buen piso para la asignación de los recursos y contamos con un Consejo Federal de Educación (CFE) muy bien enfocado. La declaración de Purmamarca que firmaron los 25 ministros en Jujuy es un acuerdo de política pública, un pacto educativo, que ahora nos desafía a todos los que trabajamos en el sistema educativo. Nuestro trabajo es, como dice el ministro de Educación (Esteban) Bullrich, hacer que no importe dónde le tocó nacer a cada uno, tenga las mismas oportunidades educativas. Y el desafío de la equidad en Argentina es otra asignatura pendiente. Hoy no da lo mismo nacer en cualquier lado, incluso dentro de las provincias, con distancias pequeñas hay enormes desigualdades. Nuestro deber como funcionarios es trabajar para generar una equidad genuina”, remarcó. Un docente cada diez alumnos En todo el país se están cerrando grados con pocos alumnos y consultado al respecto, el secretario nacional de Gestión Educativa señaló que éste es un claro ejemplo del replanteo de la asignación de los recursos.“Tenemos una oferta educativa que no está acomodada a los tiempos de hoy, los docentes tenemos que estar dispuestos a prestar nuestros servicios donde están los chicos y las necesidades. En la actualidad, Argentina tiene un promedio de un docente cada diez alumnos… hay mucho recurso humano concentrado en algunos lugares y escasez en otros. Tenemos que mirarlo desde la justicia social, no darle educación de calidad a un niño es excluirlo socialmente”, fundamentó.A su entender, los argentinos dieron un paso importante en materia de inclusión en cuanto al acceso a la escuela primaria “pero nos quedan dos inmensos desafíos: primero que ese chico se quede y eso no lo estamos logrando porque la mitad no termina el secundario y un porcentaje muy significativo termina con un retraso mayor a un año. Y el debate central, y por eso lo importante del Pacto de Purmamarca, es necesidad de una escuela que enseñe y sirva para la vida”, enfatizó. Evaluar al sistema El funcionario destacó la necesidad de contar con información precisa sobre el sistema educativo para poder corregir lo que haga falta.“Debemos gobernar con la verdad. Y esto implica, en educación, generar un sistema de evaluación de calidad que nos permita saber qué nos está pasando y tomar las mejores decisiones. Para ello, creamos la Secretaría de Evaluación de la Calidad Educativa, a cargo de Elena Duro, exdirectora de Unicef”, indicó. Recordó que se presentó recientemente el proyecto para crear un instituto de evaluación de la calidad educativa, “es muy auspicioso que se debata qué entendemos por calidad y por evaluación. Al respecto, Bullrich sentó postura: el primer evaluado es el ministro y los funcionarios que tenemos responsabilidades sobre el sistema. Lo que debemos evaluar es al sistema para tomar las mejores decisiones. No hay que tener miedo a la información, no vamos a usarla como mecanismo punitorio", destacó el funcionario. Inclusión Ni siquiera se puede hablar de educación si el niño no accede a la escuela. La inclusión es lo primero, pero no alcanza para garantizar que los alumnos aprendan. “Tuvimos un ministro de Educación de la Nación que llegó a decir que ‘inclusión es calidad’. Nosotros creemos que la inclusión es condición necesaria, jamás suficiente, de la calidad. Damos vuelta el concepto: calidad es inclusión porque el desafío es incluir en la vida. La escuela tiene que ser una tabla de pique, alas”, reflexionó. “La escuela tiene que ser un avispón que estimula todos los días a dar lo mejor de sí”. Para Gulmanelli, “tenemos una escuela del siglo XIX, con docentes formados en el siglo XX para formar estudiantes del siglo XXI constructores del siglo XXII”. Por ello, señaló que el primer desafío es la innovación para poder tener una escuela del siglo XXI que “queremos construir con el 1.100.000 docentes del país”. El segundo desafío -dijo- "es la formación inicial y continua para preparar docentes del siglo XXI".
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