"Dios nos quiere sanos, no enfermos”, sostuvo en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN el padre Darío Betancourt, que visitó esta ciudad para participar de una asamblea diocesana de la Renovación Carismática Católica durante el fin de semana.Desde las 8 a las 18 en el polideportivo del Instituto Santa María, predicó ante miles de personas que se acercaron desde distintos puntos de Misiones, Corrientes y Paraguay para buscar la sanación y también para dar su testimonio de cómo fueron sanados en ocasiones anteriores en que el sacerdote colombiano visitó la región. Pese al frío que, en cierta medida disminuyó la afluencia de gente, las dos jornadas de gran calidez humana colmaron las expectativas de los organizadores que señalaron que el sábado asistieron alrededor de 2.500 personas, número que esperaban fuera superado en la jornada de este domingo. El viernes Betancourt visitó Leandro N. Alem.Predicar y sanar“Mientras Dios estuvo aquí no hizo más que sanar y sanar, y mandó a los Apóstoles y a los discípulos a sanar. Y antes de irse al Cielo dijo ‘vayan y prediquen, evangelicen y sanen a los enfermos’”, indicó el padre a este Diario. “Es un mandato doble: predicar y sanar. Y es universal, no sólo para los obispos y sacerdotes. Él dijo ‘todos los que crean en mi nombre, que pongan las manos sobre los enfermos y sanarán’”, destacó.“Hay enfermedades que son psicosomáticas. Una tristeza se puede somatizar. Las enfermedades psíquicas y espirituales son odio, miedo, remordimiento y pueden causar enfermedades psicosomáticas como colitis, gastritis, úlceras, alergias, eczemas, no poder respirar, epilepsias. Un médico me decía que hasta un cáncer podía ser psicosomático. Pero hay muchas enfermedades causadas por enfermedades espirituales, sobre todo el odio. El odio enferma a mucha gente”, enfatizó.“Usted puede caminar, camine”“Ayer -por el sábado- un señor vino con su trípode, porque no podía caminar. Pero ayer se paró, caminó, subió las escaleras y fue una alegría verlo bailando”, señaló Betancourt. Acompañado por su hermana Celia Monllor (70) y su cuñado, don Nené fue ayer nuevamente a ver al padre, pero sin el bastón. “Dice que anoche durmió muy bien”, señaló a este Diario su hermana. Sentados en primera fila, participaron de toda la jornada. “Mi hermano me dijo que ayer mientras el padre predicaba, sintió un calor en la espalda y entonces levantó el brazo. El padre lo hizo pararse y caminar, subió al escenario, todo sin su bastón que usaba hace unos meses porque tenía dificultad para estabilizarse”, agregó. Un milagro llamado Giannita “Ella es Gianna, la bebé del milagro”, señaló Silvia, una joven madre de Apóstoles con su pequeña hija de tres meses en brazos. “Yo tuve una enfermedad hace varios años y tardé más de lo esperado en curarme. Cuando sané, quería tener un hijo, pero no quedaba embarazada. En junio de 2015 el padre Darío estuvo en Ituzaingó (Corrientes) y allí fuimos. Cuando hablamos con él nos dijo: ‘ustedes el año que viene me van a traer una Giannita’”, señaló la joven junto a su marido, Darío. Y fue el propio sacerdote quien pidió desde el escenario que la pareja acercara a la beba.Fotos: R.Saldaña
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