Los alumnos y docentes que dieron vida a los más de 150 proyectos presentes en el primer encuentro de la instancia zonal de la Feria de Educación, Arte, Ciencia y Tecnología 2016 dejaron el lunes todo de sí en la Escuela 826 “Gendarme Argentino” de esta capital, que se lució como anfitriona de una jornada dedicada al saber.La coordinadora del Programa Provincial de Actividades Científicas y Tecnológicas (Propacyt), Mónica Estigarribia, explicó a PRIMERA EDICIÓN que antes de llegar a esta instancia los establecimientos escolares “celebraron” sus ferias de ciencias, entre abril y mayo, de las que fueron seleccionados los dos mejores proyectos.Así se totalizaron 162 proyectos, que abarcan todos los niveles y modalidades y todos participan para el provincial, agendado para agosto próximo.Estigarribia mencionó que es en este momento en el que se trabaja una clase abierta, “hoy hacemos un encuentro institucional de lo que cada chico, cada joven, cada alumno o adulto hace en sus aulas”.Y añadió que “tenemos un equipo de evaluadores, docentes preparados para esta función, que lo que hacen es dar herramientas para que la idea siga avanzando”. Este jurado tiene “en cuenta tanto lo curricular como lo áulico; que el proyecto tenga un enfoque social, que si es de índole científico tenga un método científico bien declarado; si es una investigación tecnológica contenga un producto o prototipo de producto, autores que participaron, cómo socializaron el proyecto para llegar a esta instancia, son un montón de factores a tener en cuenta en lo conceptual y, en lo actitudinal, como el niño se desenvuelve, como el docente fue orientando esa función. Además, cada proyecto tiene una carpeta de informe científico que es la investigación en sí; una de campo, donde está todo lo encontrado, apuntes, revistas, recortes; así como también una carpeta de registro pedagógico, netamente del docente, donde se evalúa cómo el docente fue orientando el proceso”, sostuvo la coordinadora.Y destacó la labor de “un grupo de lengua del CEP 1, que presentó su tema a través de una obra de teatro y de la escuela carcelaria de mujeres, que dijo presente con dos proyectos y tres alumnas que el juez nos autorizó para que, desde su escuela, en contexto de encierro por circunstancias de la vida, pongan en evidencia cómo se educan junto a docentes que confían en ellos, que les ayudan a hacer proyectos de ciencia y hoy el Propacyt les da la posibilidad”.Desde el aulaEl jefe de gabinete educativo, Alberto Galarza, dijo a PRIMERA EDICIÓN que “para nosotros este encuentro significa una puesta en valor del conocimiento cotidiano en las escuelas”. “Es la vinculación del desarrollo científico y tecnológico con el alumno, me parece que esto es lo sustantivo”, opinó.E insistió en que “las instancias permiten que se vayan probando cuáles son las iniciativas más innovadoras, los chicos que la presentan de la mejor manera, porque depende mucho de la competencia de los alumnos”.“He notado mucho conocimiento científico y, en algún caso, como con el tema del dengue, cómo los estudiantes ponen en tensión la necesidad de combatir el mosquito y, a su vez, como esto afecta al resto de los seres vivos. Y así terminan promocionando los repelentes no nocivos para la salud, esto es lo que construye conocimiento en el aula, en la escuela circula ese conocimiento que ayuda a ir forjando una mejor sociedad”, observó Galarza.
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