Entonces, le fijó una fianza de 500 mil pesos y el desaprensivo conductor salió de la celda en la que estaba en la seccional Segunda de la Policía.Pero Verón no fue el único que hace sentir a la sociedad que las vidas que se pierden en hechos como estos valen poco. La lista de jueces de Instrucción penal es más larga al momento de interpretar que no existió dolo cuando un alcoholizado sale a manejar y provoca tragedias. Parecen interpretar que los conductores irresponsables no sabían que en su estado, al volante, podían chocar y terminar en consecuencia con la vida de gente que jamás pensaba que la muerte llegaría de este modo. En pocos días, estos conductores que estuvieron detenidos un breve lapso, recobrarán su vida normal. Sin pensar en las dos familias que ya no verán a un padre de cinco hijos (Abelardo Benítez) y una madre de cuatro niños (Lidia Rodríguez).Como viene ocurriendo en otros casos (Santacruz, Michalec, Bruner y ahora Martínez), se consiguen montos de unos miles de pesos y se logra que la justicia misionera les devuelve algo sumamente preciado: la libertad. Sabiendo incluso que por el pago de una multa, en pocos meses, hasta podrán volver a manejar.Como bien lo aseguró un magistrado Correccional, las normas existen y están para ser cumplidas. Pero es el que juzga quien debe hacer la interpretación correcta para sentar precedentes capaces de ayudar a revertir estos tiempos trágicos, provocados por la indiferencia, la insensatez pero, sobre todo, por el poco apego a la vida del otro, al derecho a vivir. Por ahora, ninguno de los que imparte justicia, se animó.
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